Jim Yong Kim, anunció el lunes que su separación de la entidad tendrá lugar a fines del presente mes.
La inesperada partida de Kim, casi tres años antes de expirar su mandato, probablemente desencadenará una encarnizada batalla entre el gobierno del presidente Donald Trump y otros países que se han quejado de la influencia que ejerce el gobierno estadounidense sobre el Banco Mundial.
El anuncio oficial no proveyó una razón para su salida repentina. No obstante, le dará al presidente Donald Trump la oportunidad de nominar su opción para cubrir el cargo en el Banco.
El BM, que agrupa a 189 países, es la mayor fuente gubernamental de financiación para el desarrollo y proporciona préstamos de bajo costo para proyectos en todo el mundo.
Desde su creación al final de la Segunda Guerra Mundial, sus líderes han sido todos estadounidenses. Su institución hermana, el Fondo Monetario Internacional, siempre ha sido encabezada por un europeo.
Otros países, como China y otras naciones de Asia, se han quejado de ese patrón. El FMI, que provee préstamos de emergencia a países en crisis económicas, es dirigido por la ex ministra de Finanzas de Francia Christine Lagarde.
Kim, quien se desempeñó como presidente del Banco durante más de seis años, dice que planea unirse a una empresa que se centrará en aumentar las inversiones en infraestructura en los países en desarrollo. Además, se sumará a Partners in Health, una organización que él cofundó hace más de 30 años para proveer ayuda médica a países pobres.
El Banco Mundial informó que Kim será reemplazado el 1 de febrero de forma interina por Cristalina Georgieva, su directora ejecutiva.
Con información de AP.
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