Amazon abandonó repentinamente los planes para construir una nueva sede de operaciones en Nueva York que habría creado 25.000 empleos en la ciudad, revirtiendo el curso después de que políticos y otros objetaron los casi 3.000 millones de dólares en incentivos fiscales prometidos a la empresa.
El anuncio es un serio golpe para el gobernador Andrew Cuomo y el alcalde Bill de Blasio, quienes cabildearon intensamente para lograr el proyecto. La empresa de Seattle planeaba gastar 2.500 millones de dólares en sus nuevas oficinas.
Amazon enfrentó una feroz oposición por los incentivos fiscales, ya que los críticos se quejaban de que el proyecto era un obsequio extravagante para una de las empresas más grandes del mundo y no ofrecería mucho beneficio directo a la mayoría de los neoyorquinos.
Amazon dio a conocer que no planea buscar otra sede en este momento y que continuará con sus planes de construir nuevas oficinas en Arlington, Virginia, y Nashville, Tennessee. Se prevé que la sede en Arlington sea del mismo tamaño de la que iba a haber en Nueva York, con 25.000 empleados. La de Nashville tendrá 5.000.
Un sondeo de la Universidad Quinnipiac dado a conocer en diciembre encontró que 57% de los neoyorquinos apoyaban la sede de Amazon, contra 26% que se oponían. Sin embargo, estaban divididos respecto a los incentivos con 46% a favor y 44% en contra.
Con la Nota Económica, desde Washington, Leonardo Bonett, Voz de América.
Con información de AP.
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