Estados Unidos rechazó tajantemente la versión rusa de que el gas sarín, el agente nervioso responsable de decenas de muertos en el ataque en Siria la semana pasada, fue resultado inadvertido de un bombardeo a un polvorín rebelde.
Un reporte estadounidense dijo que está claro que el ataque con armas químicas fue deliberadamente dirigido contra civiles.
El Consejo de Seguridad Nacional (NSC por sus siglas en inglés) divulgó el martes el resultado de la investigación, en el que declara que el “inaceptable” uso de armas químicas prohibidas por parte de Siria constituye una clara amenaza para el mundo.
El reporte acusa tanto a Siria como a Rusia de intentar “confundir a la comunidad mundial sobre quién es responsable del uso de armas químicas en contra del pueblo sirio” en esta ocasión como en otras anteriores.
El NSC hace un llamado a la comunidad internacional a manifestarse públicamente y a dejar claro que “este comportamiento no va a ser tolerado”, aunque no especifica posibles consecuencias.
Consejo de Seguridad alista votación
En Naciones Unidas, Estados Unidos, Reino Unido y Francia buscan presentar una versión revisada de una resolución del Consejo de Seguridad, a pesar de que tal esfuerzo seguramente será vetado por Rusia.
En una sesión informativa en Washington, funcionarios de seguridad nacional estadounidenses dijeron que Moscú, aliado clave del presidente sirio Bashar al-Assad, está involucrado en una “muy clara campaña para ofuscar la naturaleza del ataque”.
Los funcionarios citaron evidencia, tal como las imágenes del pavimento carbonizado donde cayeron las canastas de gas lanzadas desde el cielo el 4 de abril en medio de la calle — y no en un edificio, como Damasco y el Kremlin han asegurado.
Los funcionarios estadounidenses dijeron que Siria ignoró el acuerdo de 2013 de desmantelar las provisiones de armas químicas. “Sabemos que el régimen sirio tiene gas sarín”, dijo un funcionario. “Estamos seguros que los rebeldes (que pelean contra Assad) no lo tienen”
En forma separada, el gobierno de Turquía anunció que sus pruebas han confirmado el uso del gas nervioso en el ataque que mató 87 personas y enfermó a cientos más.
Rusia ha defendido el líder sirio contra las acusaciones estadounidenses de que sus fuerzas realizaron el ataque, diciendo que no hay pruebas, y ha responsabilizado por el incidente a los rebeldes sirios.
"Está claro que los rusos están tratando de encubrir lo que ocurrió allí", dijo un funcionario de la Casa Blanca.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo más tarde a la prensa que los hechos respaldan la versión estadounidense de los acontecimientos. "Rusia está en una isla cuando se trata de su apoyo de Siria o de su falta de, francamente, reconocimiento de lo que ocurrió", dijo a los reporteros.