Este martes, la portavoz del Departamento de Estado Heather Nauert, vio con buenos ojos la renuncia de Robert Mugabe en el país africano de Zimababue y dijo que es “una oportunidad y un momento histórico para el pueblo que se ha expresado con firmeza en su deseo de una nueva era para poner fin al aislamiento y reincorporarse a la comunidad internacional”.
“Sin embargo, el futuro de Zimbabwe debe ser determinado por la gente de ese país. Esperamos que hayan elecciones libres y justas, así como un respeto inquebrantable por el estado de derecho y por las prácticas democráticas establecidas”, añadió la portavoz del Departamento de Estado.
Nauert además negó un cambió en la política en EE.UU. tras las nuevas elecciones en Zimbabue.
“Puedo decirles que el año pasado brindamos 220 millones de dólares en asistencia a Zimbabwe. Eso fue para sus sistemas de salud, alimentación, nutrición, y otros".
El posible sucesor de Mugabe Emmerson Mnangagwa, es llamado el 'Cocodrilo', y fue por 37 años la mano derecha de Mugabe.
El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, escuchó la voz del pueblo y días después de su destitución finalmente presentó su renuncia el martes, un día después que venciera el plazo para que el líder de 93 años dimita.
El portavoz del parlamento de Zimbabue confirmó la renuncia y dijo que recibió una carta firmada por Mugabe en la que expresa que tomó la decisión de manera voluntaria y que lo hacía para permitir una calmada transición de poder.
El sorpresivo anuncio detuvo un juicio político que se había iniciado en su contra por lo que tanto los legisladores como los ciudadanos de Zimbabue estallaron de júbilo al conocer la noticia.
El parlamento de Zimbabue había iniciado el martes un proceso de destitución contra el presidente Mugabe, que pondría fin a las cuatro décadas del ex caudillo independentista en el poder, luego de que éste se negara a presentar su renuncia.
El Ejército tomó el poder la semana pasada y desde ese momento se han producido multitudinarias manifestaciones para que Mugabe abandone su puesto.
El presidente del Parlamento, Jacob Mudenda, dijo que recibió la moción de destitución, poco después de que Emmerson Mnangagwa, el candidato del partido oficialista ZANU-PF para reemplazar a Mugabe, pidiera la renuncia del líder.
“El pueblo de Zimbabue ha hablado (...) y mi llamado al presidente Mugabe es que debería oír este llamado (...) para que renuncie, de modo que el país pueda avanzar y preservar su legado”, afirmó Mnangagwa en un comunicado.
El Ejército tomó el poder debido a que Mugabe despidió a Mnangagwa como vicepresidente para allanar el camino al poder a su esposa Grace, impopular entre muchos zimbabuenses. La agencia Reuters informó en septiembre que Mnangagwa estaba planificando suceder al líder al mando de una coalición respaldada por el Ejército.
El plan de sucesión contemplaba un gobierno de unidad que tendría la bendición de buena parte de la comunidad internacional y permitiría la revinculación de Zimbabue con el mundo exterior. Su principal objetivo sería la estabilización de su economía.
El sábado, cientos de miles de personas salieron a las calles de Harare para celebrar la inminente caída de Mugabe, acusado por sus críticos de retener el poder a través del terror, de manipular elecciones y de hacer colapsar una otrora vibrante economía.