Nicaragua continúa debatiéndose en una crisis social y política, y la liberación de los considerados “presos políticos” no alivia la tensión que aún se vive en el país centroamericano.
En esta semana se produjo la excarcelación de los periodistas Miguel Mora y Lucía Pineda, director y jefa de prensa de 100% Noticias, respectivamente, bajo las condiciones expuestas en la recientemente aprobada Ley de Amnistía.
“Fueron casi seis meses de encierro en solitario que para un comunicador fueron el equivalente a estar enterrado en vida”, nos dijo Miguel Mora en entrevista con la Voz de América.
Reconoció que fue su fe en Dios la que le dio la fortaleza para soportar el encierro y prepararse, aunque sin éxito, a una posible condena de 14 años que había sido solicitada por la fiscalía nicaragüense.
En este diálogo destacó el apoyo de sus compatriotas y de organismos internacionales de periodistas, y también agradeció a la Voz de América por su constante preocupación afirmando que la considera “su familia”.
Ahora su principal objetivo es lograr la devolución de su canal 100% Noticias que fue confiscado por el gobierno del presidente Daniel Ortega en diciembre de 2018. “Espero que nos devuelvan todo porque de lo contrario será simplemente un robo de propiedad privada”, afirma Mora, aunque también asegura que si su pedido no tiene éxito está decidido a empezar un nuevo medio desde cero.
VOA: ¿Cómo describe su experiencia en prisión y cómo se siente ahora? ¿Hubo algo positivo para usted en esta situación?
“Bendiciones, estamos en libertad y bendecidos por Dios y en victoria… un saludo para todos los colegas de la Voz de América.. 100% Noticias es filial en Nicaragüa y por eso somos familia ... Y sí, hubo algo positivo dentro de todo esto. Hubo un cambio completo. Yo soy cristiano confeso y creo en los propósitos y creo que Dios tiene propósitos para con todos nosotros y él aprovecha las cosas malas para convertirlas en buenas y sí creo que el hecho de pasar de la libertad completa, o sea una libertad de toda mi vida porque yo nunca había estado preso ni un segundo, de un día a otro el régimen me condenó a un aislamiento total por medio año, así que eso hace que el piso se caiga y el mundo se me vino encima. Prácticamente perdimos todo. Perdí mi libertad.
“Se hicieron amenazas de muerte contra mi familia, confiscaron nuestra empresa familiar, el canal de noticias, y estaba bajo la amenaza de unos 14 años de prisión por delitos imputados, por acusaciones infundadas. Ahí es donde Dios habla con uno y lo fortalece y llega un momento en que uno se mira en una realidad irreal, en una tumba.. yo la llamo tumba porque estamos en un lugar donde te encierran y te aíslan, y en un determinado momento dan ganas de pegar un grito y salir corriendo, pero estás bajo siete candados, la puerta atornillada y sabes que esto puede ser por 14 años de tu vida, y ahí te planteas morir”.
VOA: Esto quiere decir que fue básicamente su fe la que lo mantuvo con fuerza allí en prisión, pero ¿Qué pasaba por su mente en solitario?
“Comencé a decirle al Señor de que yo no podía hacer nada, no podía resistir y me arrodillé y le pedí ayuda al Espíritu Santo y poco a poco esa presión, ese impacto psicológico fue cediendo por la fuerza espiritual. Estar encerrado peor que un animal por 24 horas todos los días y que te traten como un objeto, como cualquier cosa y aislado completamente de la sociedad y del mundo. Nuestra fe en Dios hace que la fortaleza venga poco a poco y se manifieste en paciencia, se manifieste en paz y se manifieste en el reacomodamiento a una nueva realidad, con mucha fe siempre de que eso no iba a ser para el resto de mi vida o para esos 14 años. Claro, tenía la esperanza verdadera, la fe en Dios, de que nos iba a sacar porque somos inocentes”.
VOA: ¿Cuándo le dieron la noticia de su liberación y cómo la recibió?
“Fue un proceso constante en una negociación desde el 21 de febrero. De pronto comenzaron a liberar gente y aquí y allá algún comentario - liberaron a alguien – un murmullo .. y entonces comenzó la negociación y el Gobierno ha venido ocupándonos como moneda de cambio, como rehenes yo te doy y te suelto tanto… Han estado negociando con nuestras vidas y con nuestra libertad, y de repente hace dos días abrieron la puerta de metal que cierra un espacio de dos por tres que se abre y y me dicen – Alístese, póngase la ropa, lo vamos a entregar a la Cruz Roja … nada más”.
VOA: ¿Por supuesto que usted recibió esa noticia con alegría?
“Por supuesto yo inmediatamente le doy gracias a Dios y cuando miré que a los demás compañeros que estaban en la misma ala hace más de tres años los estaban sacando … porque estábamos en diferentes niveles de aislamiento, a mí me lanzaron a la de máxima seguridad donde nos enterraron en vida… pero ellas iban saliendo y creció mi esperanza”.
VOA: Las condiciones para su liberación especifican que usted debería mantener cierto tipo de normas personales, entre ellas no hablar del tema político, pero usted lo está haciendo. ¿No teme que vuelva a sufrir represalias?
“Pues temor siempre hay, pero el temor se controla. Nosotros como periodistas y como ciudadanos nicaragüenses no podemos entregar nuestras libertades y yo no puedo entregar mi libertad constitucional de opinar, de pensar. No podemos entregar como periodistas la libertad de prensa porque el régimen nos amenaza y no solo yo, todos los que hemos salido estamos diciéndole a este régimen que queremos elecciones adelantadas, que el futuro de Nicaragua merece estas elecciones porque si creemos en la democracia, creemos que la mayoría decide, y entonces viene la pregunta: ¿Qué hacer?¿Irse a la casa sin trabajar por el miedo a pensar? No, tenemos que trabajar duro porque vamos a sostener nuestros principios y nuestros derechos porque en todo caso seríamos presos políticos que anden caminando o sea, muertos por muerte civil. Nosotros los nicaragüenses ya hemos pagado un alto precio por nuestras libertades como para que venga un gobierno que mañana puede cambiar, porque de la noche a la mañana puede cambiar, y que nos esté amenazando con mantener una especie de esclavitud, una esclavitud porque si no piensan como ellos lo que te puede esperar es represión, un golpe o la cárcel”.
VOA: ¿Cómo hace un periodista para informarse en una situación de aislamiento, qué hizo usted durante este tiempo en prisión?
“¿Qué medios utilizaba para recibir información, noticias? Primero, algún que otro comentario que haga un guardia, que casi no hablan o algún grito de un prisionero lejano que dice - Tal cosa … en la Voz de América salió que hay una amnistía.. Hasta ahí nomás o esperar un mes a que lleguen unos minutos con un familiar, en este caso mi esposa y me dé un resumen rápido sobre lo que está pasando. Y ahí estoy, quieto, y hasta el mes siguiente que te dejan otra vez la visita que puede tener otro tipo de información. Cuando te encierran te entierran y este aislamiento total es un entierro, y mira por más de medio año no miré televisión, no hice una llamada telefónica porque no tenía un celular, igual que todos mis compañeros presos políticos”.
VOA: Este 18 de junio se cumple el plazo para la liberación de todos los presos políticos. ¿Cómo ve usted ese proceso, se logrará cumplir?
“Espero, primero Dios que sí, por el bien de Nicaragua el Gobierno debe sacarlos. Fíjese que hay ochenta y tantos presos políticos porque hay presos en este mismo proceso de ilegalidad e injusticia, de avasallamiento, de quebrantamiento y violación a nuestro derecho. El gobierno sandinista lo ha venido impulsando desde 2007, nos dimos cuenta que hay presos políticos, presos por causas políticas desde 2011. Hay personas que llevan ocho años bajo el régimen que nosotros. Pues en mi caso fueron seis meses, otros casos de los compañeros que llevan 13 meses, los más están presos desde el 18 de abril del año pasado.
“Entonces miramos que el Gobierno ocupa este sistema de represión, el sistema judicial criminaliza para robar propiedades, para acallar a algún agitador social o un activista social diría yo, para echarlo preso. Ahí quedan muchos presos políticos y ahora nuestro compromiso es que no solo salgan estos ochenta y tantos sino que salgan otros veintitantos que a lo largo de diez años y once años de esta dictadura, porque es una dictadura que ha venido encarcelando en un sistema de pasar factura de recuperación. Aquí el juez y el fiscal son militantes sandinistas, la Policía Militar también y solo los medios oficialistas tienen derecho a informar”.
VOA: ¿Tiene la esperanza de recuperar 100% Noticias? ¿Qué sabe usted de su medio, no solamente el hecho de que haya sido confiscado sino los equipos, todo lo que usted hizo durante toda su vida, podrá tener la oportunidad de recuperarlo?.
“Lo que sabemos es que la policía y las turbas de paramilitares después de nuestra captura tomaron el edificio, saquearon completamente el edificio, todas las áreas. No estoy claro si destruyeron todo el control central, el área del Estudio, la área administrativa, porque ahí siguen los policías con sus armas y todo está sellado. Todo fue con autoritarismo militar, esa confiscación no correspondía porque a mí ni siquiera me llegaron a condenar. Mi juicio fue suspendido seis meses, seis meses seguidos y por cada mes se suspendía hasta que salió esta amnistía. Lo que corresponde es que se cierre el caso y como el juez se basó en acusación de sandinistas y ordenó el embargo, la confiscación, ahora es momento de que me lo devuelvan. Yo le estoy diciendo a Daniel Ortega que tiene que entregar un bien porque si no sería un ladrón. Eso es robo y robo a mano armada por la Policía Sandinista. Es una empresa privada.
“Esto sería una confiscación y la confiscación está prohibida por la Constitución de nuestra República, porque los mismos sandinistas en los 80 confiscaron y fue algo que los gobiernos democráticos miraron como algo inconstitucional, que violentaba todos los derechos a la propiedad privada y a la libertad de empresa y de negocios de emprendimiento. Entonces espero que cumpla el gobierno, si no sería robo”.
VOA: Le queda un largo camino por delante para legalmente proceder a la recuperación de esta propiedad.
“Yo tengo fe, soy un hombre de fe y sé que voy a tener eso, lo van a tener que regresar y, si no lo regresan colegas, hacemos otro canal porque el principal capital de un periodista de un medio de comunicación no son sus infraestructuras o su recurso técnico, es la credibilidad y este canal fue bautizado por el pueblo nicaragüense como el canal del pueblo porque nosotros estamos en esta situación por decidirnos a informar con la verdad y no dejar solo al pueblo que estaba siendo masacrado y reprimido en las calles de Nicaragua por una dictadura que no le importa sacrificar a su pueblo con tal de mantener el control y mantenerse en el poder.
“Vamos a comenzar otra vez, nuevamente, y vamos a hacer el canal con las nuevas tecnologías y recursos de plataformas digitales y trabajando con la mayoría del pueblo por el adelanto de elecciones, para elegir un nuevo gobierno que nos haga justicia y que respete el Estado de derecho y la propiedad privada y la libertad de prensa. Todas las libertades públicas y políticas que merece el pueblo de Nicaragua”.