Decenas de miles de personas salieron a las calles el domingo en Hong Kong, enfrentándose a la lluvia y el calor, para otra gran manifestación antigubernamental.
Este es el undécimo fin de semana consecutivo que los manifestantes han salido para mostrar su descontento. Si bien las últimas manifestaciones han estado marcadas por enfrentamientos con la policía, los organizadores instruyeron a los participantes que manifestación sería pacífica, "racional y no violenta".
“Esperamos que podamos mostrar al mundo que la gente de Hong Kong puede ser totalmente pacífica”, indicó antes de la manifestación Bonnie Leung, del Frente de Derechos Civiles Humanos, quienes han organizado tres marchas desde junio.
En esta oportunidad la manifestación se realizó en el parque Victoria, en el corazón de la isla. La multitud, que abarrotaba las calles alrededor del parque, incluía a personas mayores, personas de edad media y familias enteras.
A pesar de la prohibición policial, manifestantes comenzaron a caminar en dirección al barrio de Admiralty, más al oeste y centro financiero de la ciudad. En los carteles se leían consignas como “¡Hong Kong libre!” y “¡democracia ahora!”, además de que los manifestantes pedían la renuncia de la jefa de gobierno, designada por Beijing, Carrie Lam.
Los organizadores estiman que participaron unas 1.7 millones. Las estimaciones policiales de las protestas son tradicionalmente más bajas.
Un portavoz del gobierno indicó que las protestas fueron en general pacíficas, pero que habían interrumpido el tráfico.
Sin embargo, esta no fue la única manifestación de este fin de semana. El sábado, primero se reunieron profesores para apoyar el movimiento prodemocracia y luego una multitud marchó los barrios portuarios Hung Hom y To Kwa Wan, usualmente frecuentados por turistas chinos del continente.
La noche terminó con manifestantes en una comisaría de policía, donde arrojaron huevos a los que vigilaban la entrada y los molestaron con apuntadores láser. Los agentes antimotines formaron una fila en una calle cercana, golpeando sus porras contra sus escudos.
Según los organizadores, participaron unas 476.000 personas, pero la policía calcula que fueron unas 108.000. Partidarios del Gobierno también se reunieron para denunciar al movimiento.
Esta misma semana las manifestaciones en la ex colonia británica tuvieron una escalada luego de que los manifestantes tomaran el aeropuerto por dos días seguidos, causando caos, situación por la que algunos se disculparon. Durante estas 11 semana, los manifestantes ya han tomado calles, zonas comerciales e incluso la estación de trenes.
Las protestas – consideradas la crisis política más grave en Hong Kong desde que el territorio obtuvo el estatuto especial en 1997 - comenzaron en rechazo a un proyecto de ley que autoriza las extradiciones hacia China. La presión hizo que la medida fuese retirada, pero el movimiento creció para exigir su eliminación completa, una investigación a la actuación de la policía durante las protestas y reformas democráticas para el territorio semiautónomo.