Los procedimientos que lleva a cabo la Cámara de Representantes con vistas a celebrar un eventual juicio político al presidente Donald Trump se han integrado al debate público en Estados Unidos, y cada sector fija posiciones en medio de la pugna entre la legislatura y la Casa Blanca, que se niega a cooperar.
Cada parte aporta sus partidarios y sus detractores, y ahora que las líneas están establecidas, los analistas han salido al ruedo con conclusiones y pronósticos.
Analistas consultados por Associated Press el miércoles señalan que se ha desatado una batalla campal sobre el significado de un juicio político.
“La Constitución estadounidense otorga a la Cámara de Representantes “el único poder de juicio político”, pero la disposición no viene acompañada por un manual de instrucciones”, afirma la AP.
La Casa Blanca calificó el proceso de “ilegítimo” de acuerdo con su propia interpretación de la vaga expresión constitucional. En una carta de ocho páginas, el abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, dijo el martes que el proceso es una farsa porque la presidenta de la cámara, Nancy Pelosi, no convocó a una votación oficial para iniciar la investigación.
Pero según Douglas Letter, un abogado de la Comisión Judicial de la cámara, ésta “dicta sus propias reglas” sobre la manera de desarrollar el proceso, señala AP.
Históricamente, los tribunales se han mostrado renuentes a actuar como árbitros en casos de supervisión legislativa y juicio político. En 1993, la Corte Suprema sostuvo que el juicio político era asunto del Congreso, no de los tribunales.
Con el juicio político, los demócratas quieren dejar establecido que el presidente abusó de su puesto al pedir al presidente de Ucrania que investigara las actividades del exvicepresidente Joe Biden, quien se perfila como su principal rival en las elecciones de 2020, y su hijo Hunter Biden, quien formaba parte de la junta directiva de una empresa energética ucraniana.
Al menos eso alega un informante que presentó una queja basada en informes de funcionarios que ha sido la base de los esfuerzos de los demócratas para juzgar a Trump.
Trump se ha mostrado combativo desde el principio, desmintiendo al informante y acusando a los demócratas de formar un espectáculo sin bases. Además se ha enfrentado reiteradamente en declaraciones y en su cuenta de Twitter a las principales figuras de la investigación de juicio político, entre ellas la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, y el representante Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la cámara baja.
Un artículo del periódico digital The Daily Beast publicado el miércoles, indicó que en opinión de muchos republicanos, el presidente debía ser más parco en sus declaraciones y no hacer mención del juicio político.
Según señala The Daily Beast, muchos republicanos del Congreso y otros miembros del partido temen que la inclinación de Trump de ir a la ofensiva perjudica su futuro político a largo plazo y algunos preferirían que asumiera una posición más moderada.
“Debe concentrarse en generar iniciativas que nada tengan que ver con el juicio político”, dijo a The Daily Beast el asesor político republicano Dick Morris, quien aconsejó informalmente al presidente Bill Clinton cuando ese enfrentó también un juicio político.
“El público buscará mirar hacia otras cosas”, agregó.
Dentro de la Casa Blanca, dice la publicación digital, ha habido también un esfuerzo para lograr que Trump se enfoque en lo que hizo Clinton con gran efecto hace dos décadas: un presidente al parecer no afectado por la amenaza de juicio político volcado en otras actividades de gobierno.
En las últimas semanas, Trump pronunció discursos de seguridad fronteriza, precios de medicamentos y el Medicare. También hizo grandes cambios a la política exterior de Estados Unidos e impulsó acuerdos de comercio bilaterales.
Pero entre todo esto, su atención ha vuelto siempre hacia el juicio, culpando a sus oponentes demócratas de mentirosos y corruptos, y alentando que sean ellos los enjuiciados o acusados e traición.
“La estrategia la dicta el presidente y el presidente quiere mucho hablar sobre eso”, dijo un funcionario de la Casa Blanca a The Daily Beast.
Morris dice que no importa lo que diga o no diga Trump, va a ser juzgado, pero la otra cara de la moneda es que no será destituido”, ya que se espera que el Senado controlado por los republicanos no vote dos terceras partes para removerlo.