El gobierno de Nicaragua espera recuperar el crecimiento económico en el año 2020, dos años después desde que estalló el conflicto sociopolítico, que según especialistas ha dejado a casi medio millón de ciudadanos en el desempleo.
Antes de las protestas contra el presidente Daniel Ortega, que estallaron en abril de 2018, Nicaragua era una de las economías de Centroamérica que crecía de forma sostenida entre un 4 y un 5 por ciento; sin embargo, con el conflicto todo cambió a una desaceleración de entre un 3 y 4 por ciento, según datos oficiales.
El economista Néstor Avendaño, director de Consultores para el Desarrollo Empresarial (COPADES) ha dicho a la Voz de América que la contracción económica se debe en buena parte a que la imagen de Nicaragua se ha visto afectada por la crisis y los inversionistas no ven un buen clima para traer su capital a la nación centroamericana.
“Si las cosas no cambian, si seguimos sin diálogo para resolver la crisis, estimo que la caída de la economía será de un 5% en el año 2020”, ha dicho Avendaño.
El experto agrega que cuando hay crisis profundas, hay una severa desconfianza de los agentes económicos. “Consumidores, empresarios, inversionistas, incluso el mismo gobierno está afectado por la crisis”.
Pero el gobierno del presidente Daniel Ortega se muestra optimista para el 2020. De acuerdo a sus proyecciones, en ese año el país crecerá entre un 1 y 2 por ciento.
Leonardo Torres, quien representa a las micro, pequeñas y medianas empresas del país, explicó a la Voz de América que trabajan en conjunto con el gobierno para lograr la estabilidad económica.
“Las pequeñas y medianas empresas representan el 80% de la generación de empleo y es el sector económico que más aporta al crecimiento. Nosotros como pymes queremos sacar adelante el país”, dijo Torres.
La crisis sociopolítica en Nicaragua estalló en abril de 2018 por unas fallidas reformas al seguro social que fueron derogadas por las protestas contra el mandatario Daniel Ortega.
En ese entonces se comenzaron a contabilizar las primeras víctimas, por lo que la demanda de la población se convirtió en la justicia por las muertes de los manifestantes.
Meses después inició un diálogo nacional que fue televisado pero fracasó por falta de acuerdo entre ambas partes.
En la actualidad la situación de Nicaragua continúa sin una solución acordada entre el gobierno y la oposición.