El director general de Facebook, Mark Zuckerberg, soportó un duro interrogatorio de varias horas en el Congreso el miércoles, en el que defendió el ambicioso proyecto global de la empresa de crear una moneda digital.
El foco inmediato de la audiencia ante la Comisión de Servicios Financieros fue el proyecto de la moneda, que se llamará Libra. Zuckerberg se esforzó por asegurar a los legisladores que no seguirá adelante con el proyecto sin la aprobación explícita de los reguladores financieros estadounidenses.
Con todo, no logró convencer a todos los miembros de la comisión.
La presidenta de la comisión, la demócrata Maxine Waters, dijo que el proyecto de la criptomoneda “genera muchas preocupaciones”, y sostuvo que tal vez habría que dividir a Facebook.
Por el lado republicano, la representante Ann Wagner preguntó a Zuckerberg por qué varias empresas conocidas abandonaron recientemente el proyecto Libra. El empresario vaciló antes de responder que “es un emprendimiento arriesgado”.
Si bien el foco de esta audiencia es la moneda digital, el legislativo está investigando toda la gama de actividades de Facebook, su conducta y la manera de dominar el mercado. El directivo ya había declarado ante el Congreso en abril de 2018.
La empresa parece provocar las iras del público y el gobierno a cada vuelta de página últimamente, desde la adopción de un servicio de mensajería codificada hasta su conducta presuntamente anticompetitiva y su negativa a borrar publicidad política falsa o videos distorsionados.
Legisladores de ambos partidos y reguladores, incluidos el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, han criticado el proyecto de moneda. Advierten que se podría usar para el lavado de dinero, el narcotráfico y otras actividades ilícitas.
Waters había pedido previamente a Facebook que no avanzara con la moneda y una cartera digital llamada Calibra que se usaría con ella. Waters ha dicho que Libra sería “un nuevo sistema financiero basado en Suiza” que sería demasiado grande para caer en quiebra y podría necesitar un rescate con fondos de los contribuyentes.