Millones de casos de enfermedades cardiacas y de otro tipo están vinculados con maltrato y otros daños físicos y psicológicos sufridos durante la infancia, estiman funcionarios de salud en Estados Unidos.
En un reporte dado a conocer el martes, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades trataron de calcular el impacto de las experiencias dañinas de la infancia en la salud de los adultos.
Los funcionarios de salud reconocen que el estudio no demuestra que esas experiencias causan directamente ciertas enfermedades. Y no pudieron descartar otros factores, como el estrés causado por problemas financieros familiares.
Pero el vínculo es fuerte y es respaldado por muchos otros estudios, dijo Jim Mercy, que supervisa los programas de prevención de violencia de los CDC.
“Hay mucha evidencia que conecta esas cosas” y se ha vuelto claro que mientras más incidentes dañinos sufre un niño, más probable es que su salud sufrirá después, dijo.
Por al menos dos décadas, los estudiosos han estado examinando cómo el sufrir o presenciar acontecimientos traumáticos cuando niño afecta las probabilidades de lesiones físicas o enfermedades más adelante en la vida.
Los estudiosos dicen que esas experiencias estresantes pueden afectar cómo se desarrolla el cuerpo y pueden además poner al niño en un sendero hacia el tabaquismo, el consumo de drogas y otras conductas poco saludable.
El tema ha estado recibiendo más atención en años recientes de las autoridades de salud pública. La recién nombrada directora de salud pública de California ha hecho una prioridad el trauma infantil y lo que es conocido como estrés tóxico.
El del martes es el primer reporte grande de los CDC sobre el asunto.
Las conclusiones se basan en cuestionarios entregados a unos 144.000 adultos en 25 estados en el 2015, el 2016 y el 2017. Los sondeos les preguntaron a las personas sobre problemas de salud y sobre experiencias infantiles con divorcio, maltrato, violencia doméstica o abuso de drogas en el hogar, además de enfermedades mentales de familiares.
El sondeo no evaluó la severidad de esas experiencias y no estaba claro si algunos tipos de incidentes son más perjudiciales que otros.
Pero funcionarios de los CDC recomiendan programas para tratar de frenar esos incidentes o reducir su impacto. Mencionaron programas de mentores, educación de padres y licencia familiar pagada.
El reporte concluye que los adultos que sufrieron los incidentes más potencialmente traumáticos tendieron más a fumar y beber excesivamente.
Mujeres, negros, indígenas y nativos de Alaska tenían una mayor incidencia de cuatro o más tipos de daños durante la infancia.
Prevenir esos incidentes pudiera potencialmente reducir el número de adultos con problemas de peso por 2%, el número de adultos con enfermedades coronarias por 13% y adultos con depresión por 44%.