Por tercer año consecutivo, América Latina continúa su caída en picada en el tema de la corrupción, según Transparencia Internacional. De acuerdo el índice de Percepción de Corrupción, la región sufre una parálisis aguda en su desarrollo debido al embate de la corrupción. Venezuela, destaca el informe, es el país más corrupto del continente, seguido de Haití y Nicaragua.
En el programa Foro de la Voz de América, conducido por Gonzalo Abarca @Gabarca3, dos renombrados expertos coincidieron en que la corrupción condena a la pobreza a generaciones enteras y desestabiliza la democracia y la libertad. Según María Fernanda Pérez, experta en temas de corrupción del Atlantic Council, el costo de la corrupción en la región es macro.“América Latina es una de las regiones en donde afecta más este mal de la corrupción. Datos de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico han determinado que el costo económico de la corrupción en América Latina ha sido de hasta $1.250 millones.”
Corrupción como política de Estado
Para el escritor y periodista investigativo, especialista en temas de corrupción, Casto Ocando, el presidente Hugo Chávez desarrolló una político de estado a favor de la corrupción. Su objetivo, dice el autor, fue alcanzar y corromper todas las esferas institucionales de Venezuela con el propósito de perpetuarse en el poder. Chávez gobernó desde 199 hasta su muerte en 2013.“Y viéndolo en perspectiva 20 años después, -dijo Ocando- yo estoy convencido personalmente de que se trató de una política de estado. Chávez permitió y Chávez ayudó a la corrupción como un mecanismo de control de las instituciones y del poder,para luego entonces comenzar a reinar e imponerse para tratar de prolongar su estadía en el poder”.
El informe de Transparencia Internacional sugiere que un mecanismo para enfrentar la corrupción debe ser la participación ciudadana. El pedido de la sociedad civil a sus representantes en el congreso a favor de la aprobación de leyes que fortalezcan la democracia y, en particular, la protección e independencia de instituciones que velan por el funcionamiento de organismos de pesos y contrapesos.
No obstante, Ocando destacó que en el caso de Venezuela, fue el propio Chávez en su momento, quien desgranó la institucionalidad de la nación al despojar a la contraloría de sus poderes de vigilancia civil. “Chávez fue desarmando las instituciones que normalmente hacían contraloría en Venezuela y entonces se creó una especie de institucionalidad de la impunidad. Y esto desató unos fenómenos de corrupción también sin precedentes en cuento a las cifras. Cuando uno trata de ver fenómenos grandes como Odebrecht en Brasil comparado con Venezuela, Venezuela supera cualquier tipo de caso a nivel mundial.”
EE.UU vs Nicolás Maduro
Tanto Pérez como Ocando destacaron el devastador impacto económico de la corrupción en el hemisferio, sin embargo, Ocando aseguró que es Venezuela el país que sobrepasa cualquier nivel de anomalías y desfalco público. El periodista citó documentos de la fiscalía de Estados Unidos que acusan al presidente en disputa, Nicolás Maduro, en un caso de desvío de fondos estatales para beneficio propio o de sus familiares. “Tan institucionalizada está la corrupción en Venezuela que se está procesando en Miami, en la corte federal del sur de la Florida un caso en donde se está está implicando nada menos que al propio presidente o digamos dictador en este momento de Venezuela, Nicolás Maduro y dos de sus hijastros. Es un caso en el cual simple y llanamente unas compañías inventaron unas facturas. Dos facturas de $600 millones cada una para justificar obras que nunca se hicieron y no se iban a hacer. Simplemente el presidente quería darle a sus hijastros una fortuna. Estaban planeando darle $200 millones cada uno de estos hijos a través de PDVSA”
Corrupción no está en ADN de América Latina
Muchos analistas en Washington aseguran que la corrupción es un mal endémico enquistado en el ADN de Latinoamérica. Citan para ello la debilidad de sus instituciones democráticas y la fuerte presión gubernamental para ceder a los designios de los gobiernos de turno.
Esa percepción sin embargo es rechazada por Pérez, quien insiste en que la corrupción es un problema global. La analista hizo un llamado a la sociedad civil para participar en la erradicación de ese cáncer. “En América Latina este es un problema endémico, sobre todo en lo que se trata en las contrataciones públicas. Hace cinco años vimos la explosión del Javalato, el caso Odebrecht. Vemos que hay muchos sobornos en el sistema. Yo no diría que es el ADN de la sociedad. Me parece que eso es simplificar y reducir el problema.- Y los ciudadanos de América Latina también tienen un rol que jugar ahí.”