Nicaragua vive sumida en una grave crisis política y social. El 18 de abril de 2018, miles de jóvenes salieron a las calles para protestar por la reforma del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social. La crisis, dicen los analistas, acabó desencadenando una fuerte represión en la prensa y en los periodistas.
Según la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH), una organización que trabaja por la defensa y la consolidación de la libertad de expresión e información, los periodistas sufrieron más de 300 violaciones en el último semestre de 2019 y advierten que las agresiones físicas o verbales a los profesionales de la información se ha vuelto algo muy común.
Arnulfo Peralta, periodista nicaragüense que ejerció su profesión durante más de 18 años en su país natal y que actualmente reside en Miami, reconoce a la Voz de América que antes del 2007, justo antes de que el presidente Daniel Ortega llegara al poder, “todo era totalmente distinto”.
“Tenías acceso a las instituciones públicas y podías hacer tu trabajo, tenías acceso al funcionariado público y podías cuestionarlo, pero desde entonces, esas puertas se cerraron”, lamenta.
¿Cómo se llegó hasta ese punto?
No se podría explicar la crisis económica que atraviesa Nicaragua sin los problemas de la prensa y las limitaciones a la libertad de expresión en el país. No fue algo automática, ni de la noche al día. Todo fue bastante gradual, dice Peralta, y estuvo ligado a la adquisición de varios medios de comunicación “al servicio del gobierno de Daniel Ortega”.
“Hablamos de medios de comunicación que en su momento fueron medios televisivos independientes, pero que hoy están al servicio de la familia gobernante. Por ejemplo Canal 13, que fue adquirido desde cero y se construyó de esa forma, o el Canal 4 de Nicaragua”, explica acerca del plan de compra de medio radiales, televisivos y de prensa escrita para controlar la opinión pública del país.
El caso del diario “La Prensa” de Nicaragua: al límite
En toda esta ecuación aparece La Prensa de Nicaragua, un rotativo que, a lo largo de su historia, ha hecho frente a graves crisis y se ha erigido como “el guerrero por excelencia de la prensa” en el país, siendo un diario crítico con el gobierno.
La grave situación económica por la que está pasando el diario, con la falta de papel y con el temor de que, en cualquier momento, se anuncie la suspensión de la edición escrita.
“Llevan poco más de año y medio con el papel retenido; la materia prima es fundamental para que el diario siga funcionando”, advierte Peralta.
Benjamin Lugo, coordinador de “Iniciativa por el cambio”, una plataforma ciudadana “para pasar de la dictadura a la democracia” en Nicaragua, subrayó que La Prensa “es un icono de la libertad de expresión”.
Su director, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, murió en 1978, durante la dictadura de Anastasio Somoza. “Ha sido reconocido con el título de ‘Héroe y Mártir de las Libertades Públicas’ en Nicaragua, su muerte incendió la chispa de la insurrección en el país y se inició el fin de la dictadura de Somoza y el triunfo de la revolución sandinista”, recuerda Lugo.
Otros emblemáticos periódicos como El Nuevo Diario u Hoy no pudieron soportar la presión económica y la falta de materia prima y se vieron obligados a cesar sus operaciones periodísticas y a despedir a decenas de periodistas.
Parece que, por el momento, la situación no va a ser tan catastrófica. Su editor jefe Eduardo Enríquez ya avisó en su momento que “si tienen que utilizar otro tipo de papel” para salir lo van a hacer. Además, también han apostado mucho por la división digital, pero eso, dicen los expertos, podría limitar mucho más al personal. ¿Sobrevivirá? Parece que todo es cuestión de tiempo.
La situación en el interior de Nicaragua
Ejercer el periodismo independiente cada vez es más complicado, especialmente en las zonas rurales. “En el interior es casi nulo (el periodismo independiente), porque hay más temor de que se tomen represalias contra los periodistas, así que muchos han tomado la decisión de no hacer periodismo e irse del país o hacer otras cosas”, explica.
“Esa es la realidad de la profesión: es decir, tienes que hablar muy bien del gobierno para que puedas ejercer la profesión libremente, si estás en contra del gobierno o eres hombre muerto o vas preso”, relata.
Ortega: “En Nicaragua hay libertad de expresión”
El presidente de Nicaragua, en otras ocasiones, ya se ha defendido de todas estas críticas. Ha afirmado que en su país “hay libertad de prensa y de culto” y acusó directamente a Estados Unidos por decir que en esa región había serios problemas con las libertades de prensa y de pensamiento.
“Aquí hay una absoluta libertad religiosa y la más absoluta libertad de expresión”, afirmó.
Sin embargo, sus palabras se contradicen con lo que ha pasado en los últimos tiempos. La confiscación de medios independientes como Canal 100% Noticias o Confidencial han puesto de manifiesto las represalias del gobierno contra aquellos que ofrecen una versión discordante a la oficialista.
De hecho, Peralta cuenta que él fue uno de los primeros periodistas en abandonar clandestinamente el país por miedo a que le pudiera pasar algo a él o a su familia por denunciar los hechos del 18 de abril de 2018. Detrás de él, dice, más de 80 periodistas hicieron lo mismo.
Futuro poco optimista
Admite que el futuro no lo ve con mucho optimismo, más aún cuando las instituciones del estado, como la Policía Nacional o los Tribunales de Justicia, “están al servicio de Daniel Ortega” y prácticamente no hay inversión extranjera ante la incertidumbre.
La oposición tampoco acaba de definirse y eso es clave para el cambio de rumbo de la nación.
“Tenemos una oposición política que no termina de organizarse, no hay una cara visible o un líder que pueda guiar una lucha social en Nicaragua, es complicada la situación que vive el país, tanto en lo político, lo económico como en lo social”, finalizó.