Cautro fiscales principales del equipo del abogado especial Robert Mueller, renunciaron el martes, luego de saberse que el Departamento de Justicia tenía una recomendación de reducción de sentencia de 9 a 7 años para Roger Stone, un hombre cercano al presidente Trump, dijo CNN.
La decisión de los altos funcionarios de Justicia, de rechazar y socavar a sus propios fiscales federales al reducir la sentencia recomendada por el gobierno para el confidente de Donald Trump fue seguida de la renuncia de los fiscales.
Uno de ellos es Aaron S.J. Zelinsky, que renunció el martes a la oficina del fiscal federal de Washington, DC, poco después de saber la toma de decisión del Departamento de Justicia.
Los demás son Jonathan Kravis, Aaron S.J. Zelinsky y Adam Jed , según The Washington Post.
Más tarde, el Departamento de Justicia "se tractó de su recomendación anterior", en un comunicado, citado por Reuters.
Justicia dijo que diferiría ante el tribunal la referida sentencia, pero señaló que la recomendación original de los fiscales que juzgaron el caso "podría considerarse excesiva e injustificada".
Inconformidad en las decisiones
Un funcionario del Departamento de Justicia dijo el martes al diario The Washington Post, bajo condición de anonimato, que la institución tenía previsto reducir la recomendación de la condena de nueve a siete años para Roger Stone, un antiguo confidente del presidente Trump.
El Departamento habría mostrado su disconformidad con la decisión de los fiscales, después de que se le impusiera una pena de nueve años a Stone.
El presidente Donald Trump ha opinado que es injusta la pena a su antiguo socio -en relación con el espionaje a los emails de la excandidata presidencial Hillary Clinton, en los comicios de 2016- e incluso publicó un tuit al respecto.
El funcionario de Justicia dice que su departamento "se sorprendió al ver la recomendación de sentencia en el caso Roger Stone anoche".
La polémica se ha desatado porque la decisión se produce tras el mensaje en Twitter del mandatario estadounidense, que señaló: “Esta es una situación horrible y muy injusta. Los crímenes reales estaban del otro lado, y no les pasa nada. ¡No puedo permitir este error judicial!”.
“El departamento considera que la recomendación es extrema, excesiva y desproporcionada con respecto a los delitos de Stone. El departamento aclarará su posición más tarde hoy”, dijo la fuente citada por el Post.
Pero el alto funcionario del Departamento de Justicia aseguró que la decisión de revisar la recomendación de los fiscales se produjo antes del tuit de Trump.
Stone había acompañado a Trump desde la década de 1980 y fue una figura clave en su campaña de 2016, “trabajando para descubrir información perjudicial sobre la oponente demócrata Hillary Clinton”.
Las reacciones
David Laufman, un ex funcionario del Departamento de Justicia, lo calificó de "intervención política impactante y agobiante" en el proceso de justicia penal.
"Ahora estamos realmente en un momento decisivo para el Departamento de Justicia", escribió en Twitter.
Un alto funcionario del Departamento de Justicia le dijo a CNN que la principal agencia de aplicación de la ley del país "se sorprendió al ver la recomendación de sentencia. El departamento cree que la recomendación es extrema y excesiva y es extremadamente desproporcionada a los delitos de Stone".
El representante Bill Pascrell Jr. (D-N.J.) dijo que la medida equivalía a "obstrucción de la justicia".
Walter Shaub, exjefe de la Oficina de Ética del gobierno lo vio como una oportunidad para volver sobre una antigua petición de renuncia al fiscal William Barr.
“Dado que el Departamento de Justicia se retractó de su recomendación de sentencia para un asociado de Trump, ha abierto un canal más para aceptar cualquier propaganda rusa sobre un rival político”, dijo Shaub y animó: “¡únase a otros 19,000 que firmaron esta petición exigiendo la renuncia de Barr!”.
Stone es una de las figuras más coloridas de la política estadounidense. Orgullosamente luce un tatuaje en la espalda del expresidente Richard Nixon, el único líder de Estados Unidos en renunciar, que dejó el cargo en 1974, justo antes de su juicio político en la Cámara de Representantes, en medio del escándalo político conocido como Watergate.
