Los movimientos de mujeres y el activismo feminista, entre otros motivos, han impulsado a que los medios incorporen en sus redacciones la figura de editora de género o, en algunos casos, de diversidad.
En entrevista con la Voz de América, Silvina Molina, que fue nombrada en febrero como editora de género y diversidades de la Agencia Pública de Noticias de Argentina Télam, dice que hace mucho tiempo se trabaja el tema en redes de periodistas, pero en espacios cerrados y el desafío era llegar a los medios masivos.
"Lo que ha hecho la nueva revolución feminista o auge del feminismo es lograr meterse en la agenda", afirma Molina.
Para ella, incluso, el hecho de que grandes medios hayan tomado la decisión de incluir la figura de editora de género en sus redacciones hace que otros medios tomen ejemplo.
Esta tendencia comenzó en 2017, cuando el The New York Times nombró a la periodista y escritora Jessica Bennett, como su primera editora de género, seguido por el diario español El País, en mayo de 2018.
En América Latina, el periódico Folha de S. Paulo nombró, en mayo de 2019, a la periodista brasileña Paula Cesarino Costa como editora de diversidad. Y, en Argentina -cuna de varios movimientos feministas- ya tiene varias editoras de género y diversidad en diarios como Clarín, Infobae, La Agencia Nacional de Noticias Télam, El tribuno y el Diario Río Negro.
Gisele Sousa, editora de género del sitio de noticias independiente de Argentina Infobae, le dijo a la Voz de América que la llegada de la editora de género a los medios de comunicación tiene que ver justamente con la presión y las demandas de los feminismos "que tienen como factor común la desigualdad de las mujeres y de las disidencias".
En Argentina, dice ella, lo que empezó a suceder es que, a partir de las redes sociales, las manifestaciones en las calles, el activismo feminista empezó a tener una voz importante y autorizada y, "ese mismo activismo hegemónico empezó a demandar que los medios hegemónicos no promuevan estereotipos de género en sus coberturas, (...) sino que es un fenómeno social, cultural y político", añadió.
El nuevo rol
Sousa afirmó a la VOA que el periodismo con perspectiva de género tiene "una mirada de derechos humanos que lo que trata es de no reproducir estereotipos de género, conocer las distintas desigualdades que atraviesan las mujeres para ver cómo las afecta su día a día, para poder tener una perspectiva más amplia".
La demanda desde afuera se ha dado, -explica-, no solo para controlar las publicaciones con perspectiva de género, sino que se le ha dado una mirada más integral, encaminado a la importancia de cambiar las agendas, incorporar nuevas miradas y voces. Incluir fuentes de mujeres que también hablen de economía, judiciales, deportes, entre otros temas, en secciones donde aparentemente no hay espacio para la perspectiva de género.
Según el Proyecto de Monitoreo Global de Medios (GMMP) de 2015, solo un 24% de las noticias publicadas tratan de mujeres, y en el caso de las plataformas digitales representa un 26%.
Sousa refiere además que el rol incluye un poco de consultoría, relacionada con el contenido, el lenguaje, en el afán "de ir trabajando algunos temas para que estén bien contados", señala Gisele. "A llamar las cosas por su nombre" y también, a que los temas de género entren en debate con los colegas.
Lo más interesante de su trabajo, -dice-, es romper los estereotipos: incluir temas que "siempre fueron tabú y que involucran la sexualidad de las mujeres, su vínculo con el placer, el goce, la menopausia, la menstruación con todo lo que acarrea. Poner sobre la mesa cuantas exigencias y cuantos mandatos cargamos", explica la editora de Infobae. "Informarnos más y tener menos prejuicios", agrega.
En eso coincide con Molina, quien añade que "no están representadas todas las mujeres en los medios porque hay un estereotipo muy fuerte". Su rol también incluye a las diversidades; es decir, no solo las mujeres sino personas con discapacidades, adultos mayores, migrantes, pueblos originarios, migrantes, entre otros.
La periodista argentina contó a la VOA que su nombramiento se debe a una decisión política, a partir de la llegada del gobierno del presidente Alberto Fernández. La nueva gestión del medio público está en medio de un contexto donde se amplía la legislación relacionada con igualdad y equidad de género y de movimientos en el país.
En los medios públicos, agrega, existe una responsabilidad extra: "Tiene un rol central que ese derecho (a la comunicación) se cumpla y todas las voces estén representadas de manera adecuada".
Un proceso
Los errores se cometen diariamente y el periodismo no es ajeno a ellos. Sousa dice que el error más importante de algunos periodistas "es ver la foto y no la película (...) Si ves la foto, ves una asesina, pero si ves la película completa, ves otra historia".
"A veces, me parece que en la inmediatez, la rapidez, falta ver un contexto… Hay que mirar con perspectiva, ponerse estos lentes", agrega.
En ese sentido, dice Sousa, es importante capacitar a los periodistas, como lo hacen en la sala de redacción de Infobae, pues el contenido de una nota siempre dependerá de la mirada que le dé el comunicador, antes de comenzar su trabajo.
Sin embargo, explica, las capacitaciones deben estar dirigidas no solo a periodistas, también a jefes, fotógrafos, personal de recursos humanos, mercadeo, para que el medio esté engranado sobre el tema.
En el caso de Silvina, la agencia hasta ahora ha comenzado con reuniones con cada una de las secciones para identificar sus necesidades, en la que es necesario escuchar las diferentes inquietudes. Luego, se realizarán capacitaciones internas e irán surgiendo herramientas internas para darle mejor manejo al tema.
"Y eso, por supuesto, acompañado de un proceso interno. Porque se mira lo que se publica, pero también que nuestras prácticas internas sean igualitarias, inclusivas, no sexistas", explicó la editora de Letam a la VOA.
Los desafíos
"La experiencia me enseña que este tipo de herramientas que le ofrece al equipo periodístico tiene que ser una construcción colectiva para que se apropien y lo sientan como propia. No es algo que baja alguien, sino que sienten que han sido parte del proceso", agrega Molina.
Además, dice Gisele, se deben ir tratando de mejorar las herramientas y hacer despertar a muchos sobre temas en los que ni siquiera habían pensando. "Es paulatino porque cada uno arrastra los prejuicios que trae, la vida que trae, lo que piensa. las resistencias que tiene. Hay gente que es más permeable, como hay gente que no", agrega la periodista de Infobae.
Hasta ahora, dice Gisele, la experiencia es positiva. Lo más complicado, señala, ha sido "cómo contar la violencia contra las mujeres, sin espectacularizarlo ni tratarlo como un crimen de la crónica policial más".
En esto coincide Silvina, quien afirma que sigue preocupando cómo tratar las denuncias que se hacen cada vez más sobre el tema. A veces, según ella, hay temas de feminicidios, abusos y violaciones que, por ignorancia o una mala práctica, se tienden a justificar.
Molina dice que en ocasiones los periodistas confunden los lenguajes relacionados con temas de inclusión o discapacidad o les da miedo hacerlo de la manera correcta y evitan el tema, siendo esta la salida más fácil.
Periodismo Vs Activismo
A algunas periodistas las tildan de militantes de grupos feministas. Uno de los dilemas más difíciles de enfrentar en este rol es cómo diferenciar el periodismo del activismo.
Silvina se declara una activista por los derechos humanos y de las mujeres, pero dice que se cuida cuando escribe sus notas: "Me paro desde este lugar; soy esta persona y esta activista y desde aquí escribo, pero puedo escribir como una sola voz como activista, como un medio feminista, pero no puedo hacerlo en la Agencia Pública de Noticias".
Para Sousa, es muy importante que existan periodistas especializadas en género, y con una amplia perspectiva en derechos humanos para poder darle esa mirada al periodismo. "Activar desde adentro de los medios, poder darle esa mirada, pero haciendo periodismo, que sea chequeando la información, llamando a fuentes especializadas para que interpreten, no repitiendo voces únicas, ni de un lado ni para el otro, mostrando datos", señala.
Finalmente, las editoras señalan que no es casualidad que este papel se haya desarrollado de manera mayoritaria en Argentina, debido al contexto de sus movimientos feministas e, incluso, coinciden en que es posible que la tendencia surja pronto en otro países.