La secretaría general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) urgió a los estados miembros a trabajar de manera coordinada con protocolos específicos que apunten a resguardar la salud y el bienestar de las poblaciones indígenas.
En Nicaragua, la líder indígena y presidenta del Centro por la Justicia y Derechos de la Costa Atlántica, Lottie Cunninghama, alertó sobre la vulnerabilidad de los pueblos originarios de esta región ante la pandemia del COVID-19, y la falta de información y acceso a la salud pública que tienen estas comunidades que incluyen a los indígenas y afrodescendientes en estas regiones.
“Esto ha aumentado por supuesto el mayor riesgo que ellos están teniendo por su extrema pobreza, y la ausencia de las condiciones de salud. En muchas de estas comunidades no cuentan con un centro de salud. Además, la ausencia y la falta de acceso a la información sobre el coronavirus en las comunidades es una gran preocupación”, dijo la defensora de derechos humanos.
Cunningham considera que, dentro de las propias vulnerabilidades de las poblaciones indígenas, los más afectados por esta enfermedad serán los comunitarios de mayor edad, discapacitados, mujeres y niños. Además, denunció que el Ministerio de Salud escasamente tiene presencia en estos territorios.
Refirió que es mucho mayor el riesgo de un gran contagio del nuevo coronavirus en las comunidades de la Costa Atlántica de Nicaragua, lo que tendría graves consecuencias, debido a que no habría capacidad del sistema de salud para responder a la emergencia.
La OEA recordó que la protección a los pueblos indígenas es una obligación de los Estados, tal y como se contempla en la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas aprobada en 2007, y la Declaración Americana de los Derechos de los Pueblos Indígenas de la Organización de los Estados Americanos aprobada en 2016.
La secretaría general, dirigida por Luis Almagro, a través de un comunicado, expuso que las comunidad indígenas enfrentan una doble vulnerabilidad en la crisis del coronavirus, que ha contagiado a más de un millón de personas en el mundo y causado la muerte a más de 75.000.
Sin embargo, el diputado indígena por Yatama, Brooklyn Rivera, aseguró que hasta ahora no existe ninguna medida estatal que contemple la protección particular de los pueblos indígenas y afrodescendientes. “Hasta ahora no sabemos de ninguna medida particular para los pueblos”, dijo.
Estas situaciones se repiten en buena parte de los territorios de Nicaragua. En parte porque la respuesta de Nicaragua a la pandemia no ha sido adecuada, según indicó el martes la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne. El organismo manifestó su preocupación por la forma en que el gobierno de Ortega encara la actual crisis de salud que ha remecido al mundo. Las preocupaciones de la OMS van desde la falta de medidas como el distanciamiento social, la convocatoria de reuniones masivas, hasta el protocolo de seguimiento de los casos, los test y la forma en que se están reportando los casos.
La Voz de América ha mostrado que ha sido la propia ciudadanía la que ha permanecido en sus casas debido a sus propias preocupaciones por la pandemia, a pesar de los intentos del gobierno de alentarlos a salir en los feriados de la Semana Santa y de promover el turismo.
La diputada Rivera añadió que han expresado su preocupación a organismos defensores de derechos humanos: “Tenemos una posición definida, hemos enviado a todos los organismos nacionales e internacionales un comunicado en el cual expresamos preocupación especifica sobre la situación de nuestras comunidades ante un eventual contagio, por que somos comunidades vulnerables, expuestos a condiciones sociales y sanitarias muy precarias".
Hasta ahora el Ministerio de Salud de Nicaragua solo reporta seis casos confirmados del coronavirus, de los cuales uno murió, dos fueron dados de alta y tres están hospitalizados en condición grave. La información oficial dice también que hay diez personas sospechosas de estar infectadas a las que se les da el seguimiento establecido para el COVID-19.