Unos 1.000 transportistas que se encuentran varados desde hace más de una semana en la frontera de Nicaragua con Costa Rica han pedido a ambos gobiernos que se tomen medidas urgentes para ponerle fin al drama que viven a diario por las condiciones precarias en las que se encuentran.
Algunos transportistas centroamericanos sobreviven con comida y agua que compran a vendedores ambulantes que se mantienen en la zona fronteriza de Peñas Blancas.
En un recorrido de la Voz de América por el sur de Nicaragua, se observaron las condiciones en las que se encuentran los conductores. Uno de ellos es Francisco Brenes, un costarricense de 55 años con padecimientos crónicos como diabetes y quien dice no tener ninguna información acerca de las razones por las que existe un bloqueo al transporte.
“Nosotros no sabemos nada. No sabemos a qué arreglo se llegará. Los alimentos se nos escasean; el agua, en mi caso (y) hasta los medicamentos. Ya tenemos nueve días”, lamenta Brenes, abogando para que sea solucionado y poder continuar viaje.
A este transportista también le aflige la llegada de la noche, pues afirma que varios sujetos en motocicletas han intentado asaltar a los furgones con mercancías.
“En la noche están viniendo a asaltar las pocas pertenencias que andamos. Estamos a la mano de los gobiernos. Que se pongan la mano en el corazón”, dijo Brenes visiblemente agobiado.
A diferencia de sus compañeros jóvenes, el rostro de Brenes luce agotado y con pocas energías para proseguir con la entrevista. “El llamado es que se pongan la mano en el corazón”, implora el conductor costarricense.
Un camión de agua potable con letras de Cruz Roja Internacional recorre los más de 30 kilómetros de transporte pesado para tratar de suministrar el vital líquido a algunos de los conductores que no tienen el dinero suficiente para comprar agua.
El origen del conflicto
El conflicto fronterizo entre Costa Rica y Nicaragua se originó desde el pasado 18 de mayo, cuando el gobierno del presidente costarricense Carlos Alvarado intensificó los controles sanitarios a los transportistas para prevenir el COVID19 en su país tras reportarse varios casos de conductores contagiados.
Las medidas de Costa Rica consistían en que la carga entrante a su territorio se entregue en las fronteras, para que conductores nacionales se encarguen de llevarla a su destino, algo que causó molestias al gobierno del presidente Daniel Ortega, quien a manera de reciprocidad ordenó el cierre del puesto fronterizo.
Sin embargo, Costa Rica ha negado tener cerradas sus fronteras.
Dyalá Jiménez, ministra de Comercio Exterior de Costa Rica, dijo a la VOA que los transportistas pueden entrar, aunque advirtió que si alguno de ellos presenta síntomas de COVID-19 será rechazado.
“Todos los transportistas, todos pueden entrar, estamos con fronteras abiertas; a los transportistas que tengan síntomas se les rechaza”, dijo Jiménez.
No obstante, Nicaragua ha acusado a Costa Rica de imponer un bloqueo fronterizo, creando una “pandemia que tendría un impacto humano”, en referencia a los transportistas centroamericanos.
Marvin Altamirano, presidente de la Federación de Transporte de Carga de Nicaragua, ha criticado las medidas del gobierno costarricense, pues según él se han expulsado a transportistas sin haberlos sometido a pruebas de COVID-19.
“Costa Rica dice que no tiene cerrada la frontera, pero los centroamericanos no podemos entrar a su territorio; entonces no puedo explicar una razón, si yo no puedo entrar ¿entonces cómo está abierta la frontera?”, critica Altamirano.
Según Altamirano, alrededor de mil transportistas se encuentran varados en aproximadamente 30 kilómetros de carretera.
“Están retenidos por un capricho o imposición de Costa Rica”, agregó.
La VOA conversó con el vicepresidente de transporte pesado de Guatemala, Juan Carlos Limatú, quien llegó a Nicaragua para pedir a Costa Rica que flexibilice el transporte.
“Vinimos antier en representación de todos los pilotos centroamericanos; nos tienen varados a más de mil camiones”, dijo Limatú, quien confía en un acuerdo este lunes para volver a la normalidad las operaciones del transporte.
“Los pilotos viven una situación precaria, ellos cocinan sus pocos alimentos para ahorrarse centavos, ellos carecen de agua, de muchas necesidades, para bañarse. Da tristeza ver eso, que los compañeros hacen sus necesidades fisiológicas y comiendo, es algo inhumano”, explica el dirigente.
Medidas de otros países
Otros países como Honduras también han tomamo medidas de “reciprocidad” con Costa Rica por lo que catalogan como una restricción a la entrada de transportistas extranjeros.
La medida de Honduras consiste en la reducción de la permanencia de los transportistas costarricenses en ese país, reduciéndola de 10 días a 72 horas.
Mientras tanto, el gobierno de Panamá podría aplicar la misma medida, según informes de medios locales.