Franklin Chang Díaz, un exastronauta hispano de la NASA, es también un visionario que plantea romper las fronteras entre la Tierra y el espacio como medida para preservar la vida de cara al futuro.
Fue el primer inmigrante hispano en viajar al espacio, en 1986, y comparte el récord de siete misiones en los transbordadores de la NASA. Chang Díaz, hijo de padre de origen chino y madre costarricense, es ingeniero mecánico, físico y miembro del Salón de la Fama de Astronautas.
En los últimos meses, la realidad ha superado la ficción y el hombre ha recordado su naturaleza frágil con la pandemia de COVID-19, que ha puesto sobre la mesa el debate sobre la supervivencia de nuestra especie y la sustentabilidad del planeta.
“Hay una colisión, entre las especies vivientes del planeta, ya el planeta no aguanta, no hay suficiente espacio ecológico para poder crecer”, dijo Chang Díaz en una entrevista exclusiva de la Voz de América.
En su opinión, “la Tierra ya no nos queda pequeña, nos queda chica (..) El peso de la humanidad, y no solamente la humanidad sino de todas las especies de seres vivientes en el planeta, están llegando a colisionar verdad. Hay un momento donde ya el planeta no puede aguantar”.
En su compañía Ad Astra Rocket Company, donde funge como director ejecutivo, el ex astronauta desarrolla tecnología espacial y entre sus inventos revolucionarios se destaca un motor de plasma que pretende hacer realidad los viajes a Marte.
Para el astronauta, es importante mantener la exploración espacial en la agenda global, a la cual se sumará una nueva misión, el próximo 27 de mayo, con el lanzamiento del “Crew Dragon”, que transportará por primera vez, en casi una década, en Estados Unidos, a dos astronautas a la Estación Espacial Internacional.
“Tenemos que convertirnos en una especie multiplanetaria para poder sobrevivir, entonces el programa espacial, en ese sentido, está asegurando nuestra propia supervivencia como seres humanos”, explicó.
Pero el “Crew Dragon” es una nave creada por una compañía independiente y no del gobierno estadounidense como era lo normal. “Aquí lo que está pasando es un cambio de paradigma, verdades donde ya el programa espacial es algo de negocios”, señaló Chang Díaz.
“No es un lugar de tanto de exploración como lo era antes. Es un lugar de negocios es un lugar de trabajo es un lugar que va a poder producir réditos comerciales interesantes”.
Esto también implica la participación de otros países en la experiencia espacial, incluidos los de América Latina.
“En Latinoamérica no podemos quedarnos atrás, tenemos que eliminar ese pensamiento que hay que esperar que la potencias desarrollen las tecnologías y entonces nos metemos al tren”, apuntó.
Su visión es que en la inmensidad de las estrellas la raza humana encontrará su futuro.
“Vamos a tener que darle una válvula de salida a la tierra y establecer la raza humana en el espacio”, dijo. “Vamos a vivir fuera y vamos a regresar a la Tierra a ver cómo es el lugar de dónde procede de dónde venimos”, expresó.
(Con la colaboración de Waldo Serrano)