Los casos de COVID-19 se triplicaron de una semana a otra en Nicaragua, después que el Ministerio de Salud sorpresivamente informara un ascenso en las cifras en la semana del 12 al 19 de mayo, reportando un incremento de 25 a 254 enfermos.
En esta última semana los acumulados alcanzaron 759 casos, sumando 480 a los anteriormente reportados por la entidad de salud.
El secretario general del Ministerio de Salud, Carlos Saénz, informó que del 19 al 26 de mayo deciocho personas perdieron la vida por esta enfermedad, dejando un total de 35 fallecidos, aunque resaltó que la mayoría padecían de otras enfermedades crónicas.
“La gran mayoría de personas confirmadas con COVID-19, o en seguimiento responsable y cuidadoso, tienen varias comorbilidades siendo las más frecuentes, diabetes mellitus, hipertensión arterial, síndrome de inmunodeficiencia, obesidad mórbida y enfermedades pulmonares crónicas”, dijo el funcionario en un informe semanal presentado únicamente a medios de comunicación oficiales.
De acuerdo con el Minsterio de Salud cada día en Nicaragua han muerto, durante la última semana, dos personas por coronavirus y unos sesenta casos han sido identificados a diario.
Este comportamiento corresponde con la advertencia realizada por especialistas de diferentes ramas de la medicina, que aseguraron que los casos se empezarían a multiplicar de forma más acelerada a inicios de mayo, una lógica que también corresponde con el crecimiento exponencial acelerado de la curva de contagios y la fase de transmisión comunitaria, que no ha sido aceptada de forma explícita por el Ministerio de Salud.
El gobierno ignora las recomendaciones de los expertos en la materia que sugieren fortalecer las medidas para evitar contagios en las poblaciones vulnerables.
El epidemiólogo Álvaro Ramírez advierte que la cifra puede ser hasta tres veces más de lo reportado por el gobierno. Dijo además que los meses de junio y julio serán críticos para la población y el ya colapsado sistema de salud.
“La mortalidad en Nicaragua se va a incrementar por varias razones, la primera: los hospitales en Nicaragua están saturados, no hay suficiente doctores, esto va a disminuir la capacidad de salvar vida de los hospitales públicos y van a poner en aprietos a los hospitales privados, porque no hay camas. La tasa de letalidad puede ser tan alta como el 30% y hasta el 50% de la gente hopitalizada”, dijo el especialista a la Voz de América.
Para Ramírez los datos presentados por el Ministerio de Salud son elaborados para “la publicidad internacional” con el objetivo de demostrar que están manejando la pandemia de forma correcta.
El especialista sostiene que “lo peor aún está por venir”.
“Yo creo que nos espera mucho dolor en los meses de junio y julio. La tasa de mortalidad se verá afectada, el sistema de salud ya colapsó, no hay medicamentos y todo lo tienen controlado, aquí los únicos que están ganando son las personas del gobierno”, lamentó.
Hasta el 23 de mayo, el Observatorio ciudadano de COVID-19 registra 2.687 casos del nuevo coronavirus en el país y 600 muertes por “neumonía y sospechosas por COVID-19”. Mientras tanto, la población ha adoptado sus propias medidas y se está quedando en casa, lo que se manifiesta en que las calles de la ciudad están prácticamente vacías.