La ciudad de Minneapolis prohibió este viernes los estrangulamientos policiales, una práctica muy extendida entre las fuerzas del orden en Estados Unidos y que, todo apunta, estuvo detrás de la muerte del afroamericano George Floyd, el pasado 25 de mayo.
"El Departamento de Policía de Minneapolis debe prohibir los agarres del cuello, sea cual sea el motivo, en un plazo de diez días desde que sea efectiva esta orden", señaló el consistorio en un comunicado.
Asimismo, el despacho añade que cualquier agente que sea testigo de esta práctica, "o de cualquier uso de la fuerza sin autorización", por parte de un compañero tiene "el deber" de informar "inmediatamente" desde el lugar de los hechos.
En este caso, además, el policía que esté siendo testigo de la maniobra debe "intentar intervenir de manera segura, ya sea de forma verbal o física" y, en caso de no hacerlo, "será objeto de las mismas medidas disciplinarias" que el propio infractor.
Estas medidas se producen después de que el Departamento de Derechos Humanos de la ciudad de Minneapolis, en el estado de Minnesota, llevara a cabo un investigación en relación con la muerte de Floyd, quien falleció cuando se encontraba bajo custodia policial.
Su muerte, que fue captada en vídeo por un transeúnte que compartió las imágenes en redes sociales, creo una gran conmoción en buena parte de la población y generó una oleada de protestas por todo el país que desde hace días mantiene a las autoridades en alerta.
Por último, el ayuntamiento anunció que trabajará para llevar a cabo "un cambio sistémico" en el departamento de Policia.