El colapso económico, la erosión del respaldo a Juan Guaidó y la agudización de la crisis política en Venezuela hacen necesaria una nueva ronda de negociaciones “significativas” que deriven en un acuerdo “sólido” para solucionar su agobiante situación humanitaria, según expertos.
Cuatro analistas de la política y la socioeconomía de Venezuela participaron en el foro “La táctica autoritaria de Maduro y la crisis económica: ¿hacia dónde avanza Venezuela?”, organizado por el centro de pensamiento Wilson Center, en Washington D.C.
Michael Penfold, experto en políticas públicas y planificación estratégica, participante del evento, opinó que el gobierno en disputa de Nicolás Maduro intenta forzar unas elecciones parlamentarias en Venezuela con dos propósitos: garantizarse una oposición leal; y destronar el liderazgo de Juan Guaidó, a quien al menos 60 países reconocen como presidente interino.
A su juicio, la oposición que respalda a Guaidó tiene tres opciones para contrarrestar los esfuerzos autoritarios y electorales de Maduro.
La primera es extender el período de la actual Asamblea Nacional hasta que se celebren elecciones libres y democráticas con base en los estatutos del gobierno de transición de Guaidó, una estrategia que, consideró, generaría un “real dilema” por tratarse de una vía contraria a la Constitución.
“Es una opción muy problemática desde el punto de vista constitucional. La oposición podría perder algún apoyo internacional y el régimen aprovecharía esto básicamente para exiliar a la oposición”, advirtió.
Otra alternativa, señaló Penfold, es participar sin garantías de transparencia electoral, que no parecen estar en el horizonte político de Maduro, señaló. Penfold dijo observar una tercera vía: la de la resistencia.
A su entender, no será posible lograr un progreso político en Venezuela sin “negociaciones políticas significativas” y un “reordenamiento” de los principales actores de la comunidad internacional sobre el caso venezolano, entre los que cita puntualmente a Estados Unidos, Colombia, China, Rusia y Cuba.
Un eventual escenario de negociaciones puede ser el estructurado por el Reino de Noruega hasta agosto de 2019, juzgó Penfold.
Adelantó que tanto Maduro como Guaidó deberán pagar “un costo” por las eventuales conversaciones, entre las que pueden considerarse la liberación de presos políticos y la eliminación de sanciones secundarias de Washington.
Guaidó pierde fuerza
Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis, observó que las parlamentarias convocadas para el 6 de diciembre por el nuevo poder electoral venezolano representan una relación “perder perder” para la oposición.
Valoró como un “falso dilema” el debate de si la oposición debe participar o no en los comicios legislativos sin garantías.
“La posibilidad de que la oposición gane, aún unida, es muy difícil. Es difícil imaginar que la gente de Venezuela, sin esperanzas, acepte la invitación de participar en estas elecciones. El escenario más posible es la abstención”, dijo.
León, experto en estadística, afirmó que no existe en la actualidad un líder con suficiente fuerza política para convencer al electorado de que vote en diciembre.
Sus últimos sondeos de opinión pública reflejan la pérdida de apoyo popular de Guaidó. El presidente del Parlamento pasó de contar con 61 por ciento de respaldo en febrero de 2019 a solo 25 por ciento en su última encuesta, detalla.
Los “tiempos sin resultados” y las promesas incumplidas de cese de la usurpación de Maduro o de un gobierno de transición colaboraron con la merma de su piso político, explicó.
“Solo 19 por ciento piensa que la oposición puede hacer un cambio. Esto es un cambio dramático. El apoyo de Guaidó viene de la esperanza de cambio”, alegó.
Maduro, por su lado, mantiene niveles similares de apoyo desde octubre de 2018, de alrededor de 13 por ciento. El rechazo a las sanciones de Estados Unidos, de 64,1 por ciento, también aparece subrayado en las encuestas.
León destacó que más venezolanos valoran positivamente las gestiones de Maduro (35,7 por ciento) que las de Guaidó (17,5 por ciento) en la lucha contra la pandemia desde el inicio de la cuarentena, en marzo pasado.
“Maduro está demostrando que no está fuera del poder. Está absolutamente claro que él decide la cuarentena, los recursos, todo”, especificó.
León estimó que la única oportunidad real para la oposición de cara a las parlamentarias es que nazca una estrategia distinta de otro líder, quizá de algún sector de la sociedad civil, como las esposas de los presos políticos, que genere protestas y geste un “momentum” o impulso contra las elecciones.
"Acuerdo sólido"
Tamara Herrera, economista y directora de la firma Síntesis Financiera, resaltó que la pandemia ha sorprendido a Venezuela en plena merma de sus ingresos petroleros y con los frutos del “daño autinfligido” de las políticas maduristas.
Mencionó que el producto interno bruto de Venezuela cayó en 30 por ciento el año pasado. Proyectó que el indicador se reducirá a un nuevo récord nacional de entre 30 y 35 por ciento a finales de 2020.
Herrera indicó que la ausencia de ingresos fiscales, la dificultad de colocación del oro, el aumento del dólar paralelo hasta en 2.500 por ciento, las pésimas condiciones de los servicios públicos, la hiperinflación, el desplome de la demanda de la moneda local, la desconfianza en el gobierno y la pandemia dan “poco margen de maniobra” para una mejoría económica en Venezuela.
Valoró como improbable que haya financiamiento externo y retorno de capitales al país en el contexto actual. Solo un acuerdo político podrá lograrlo, resaltó.
“Hasta que no haya un acuerdo político sólido que involucre a la sociedad civil, que es lo que está quedando de los partidos políticos que están destruidos en forma sistemática, es muy difícil replantear un enfoque hacia la recuperación. Estamos en momentos de focalizarnos en la supervivencia”, expresó.
Tamara Taraciuk, subdirectora interina para las Américas de la ONG Human Rights Watch, enfatizó en el declive de las condiciones sociales en Venezuela.
“Lo que estamos viendo en el campo es preocupante”, dijo, antes de detallar la grave falta de agua y jabón en hospitales durante la lucha contra la COVID-19.
Denunció la detención frecuente de periodistas y doctores por reportar la situación sanitaria del país. Puso en duda, asimismo, que en Venezuela exista realmente una tasa de fatalidad menor al 1 por ciento por la pandemia.
Taraciuk advirtió sobre el trato gubernamental a miles de migrantes que regresan por vía terrestre desde otros países de Latinoamérica.
Calificó de “preocupante” que el gobierno en disputa de Maduro los recluya en refugios sobrepoblados luego de someterlos a pruebas rápidas “no confiables”, que pueden arrojar falsos positivos, según la Universidad John Hopkins.
“Esto va a expandir la enfermedad en vez de controlarla”, advirtió.