Migrantes venezolanos basados en Colombia aseguran que han sido obligados a salir de los sitios donde residían, en medio de la crisis generada por la pandemia de la COVID-19 que ha dejado a muchos de ellos sin ingresos y buscando sobrevivir de labores informales.
Algunos señalan además que han sido víctimas de insultos y amenazas con armas blancas y de fuego. Colombia ha sido el destino de poco más de un millón y medio de los cinco millones de venezolanos que han salido de su país para escapar de la crisis en todos los órdenes que atraviesa Venezuela.
“El miedo que sentimos en ese momento no lo puedo describir. Mis hijos lloraban suplicando que no nos mataran. Esos malandros llegaron a sacarnos de ese lugar, que es una invasión territorial, porque debíamos tres meses de arriendo. Por la pandemia, nos quedamos sin trabajo y no teníamos ni para comer”, aseguró Iris Lugo, migrante venezolana que fue desalojada junto a su familia en Colombia.
La Voz de América conversó con Jozef Merkx, representante de la Agencia para Refugiados de la ONU (ACNUR). “Hay muchos retos para la población venezolana porque perdieron sus medios de vida, sus ingresos. Muchos no han podido pagar el alquiler por lo que hemos visto un aumento en los desalojos”.
De acuerdo con el representante de ACNUR en Colombia, dicha entidad se encuentra haciendo un seguimiento, en conjunto con el gobierno y la Defensoría del Pueblo, para revisar las opciones que permitan evitar estos desalojos o mitigar sus dificultades y lograr que estas personas puedan sobrellevar mejor la cuarentena.
“Es muy importante para nosotros, las agencias que trabajamos con los venezolanos, combatir la xenofobia, combatir la discriminación”, dijo Merkx.
Por su parte, Ana Eugenia Durán-Salvatierra, Jefe de Misión de la OIM (Organización Internacional para las Migraciones) en Colombia, aseguró a la VOA que el organismo en coordinación con el Gobierno Nacional, los gobiernos locales, y junto con otras agencias del SNU, ONGs y la Cruz Roja, han ajustado sus intervenciones para apoyar los esfuerzos del Estado colombiano en garantizar el derecho a la salud y medios de vida para estas poblaciones durante la pandemia.
Dicha gestión se encuentra en línea con las medidas de bioseguridad presentadas por el Ministerio de Salud colombiano junto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Buscando una salida
Neida Robertis, de 54 años, es migrante venezolana y fue desalojada junto a su familia en Colombia. En entrevista con la VOA manifestó preocupación por su futuro y el de los miembros de su hogar: “Logré trabajar en un restaurante, pero cerró por la pandemia. Al desalojarnos, nos robaron todo. No tenemos un proyecto de vida claro y tampoco hemos podido regresar”.
Antes de ser desalojados, Neida y familiares realizaron el proceso de inscripción para acceder a cupos de transporte terrestre desde Bogotá hasta alguna ciudad fronteriza entre Colombia y Venezuela. Dicho proceso ocurrió en abril de 2020 y, a la fecha (cuatro meses después), no han recibido respuesta.
Al respecto, Migración Colombia aseguró a la VOA que “el procedimiento de retorno voluntario se coordina entre las alcaldías con Migración Colombia. En el caso puntual de Bogotá, la alcaldía habilitó la compra de tiquetes en la Terminal de Transportes. El ciudadano venezolano debe comprar el tiquete y Migración Colombia fija un día y una hora en la que pueden salir buses”.
Diariamente se permite la salida desde Bogotá de 7 buses. Depende de los cupos habilitados por Venezuela para cruzar las personas, hay una cantidad limitada. En Bogotá, hay más de 18.000 venezolanos que han manifestado interés por regresar a su país natal y aguardan por el retorno.
¿Qué opciones existen?
En medio de la dificultad, hay organizaciones que trabajan en pro de mejorar la calidad de vida para estas personas. “En ACNUR y otras agencias, tenemos un programa para que personas migrantes puedan quedarse en Colombia. Existe un grupo interagencias donde hay 70 organizaciones unidas para gestionar proyectos de apoyo. Este grupo está coliderado por la OIM y ACNUR”, aseguró Merkx.
Algunas entidades entregan kits de aseo y mercados, ofrecen albergues, asesorías legales, entre otras opciones. “Al 31 de julio de 2020, hemos beneficiado a 139.757 refugiados y migrantes provenientes de Venezuela. La OIM no exige requisitos, ni pagos para acceder a alojamientos, ni para acceder a ningún otro tipo de asistencia humanitaria”, aseguró a la VOA, la jefe de misión de la OIM en Colombia.
¿Cómo acceder a estas ayudas?
Algunas organizaciones tienen disponibles números de atención o sitios web de contacto. ACNUR cuenta con 47 líneas telefónicas donde pueden brindar asesoría legal y revisar cuáles son las familias más vulnerables para tratar de apoyarlas, además de un sitio web de apoyo denominado “Somos panas Colombia”.
“Tengo que admitir que no hay suficiente apoyo para todas las necesidades que existen porque son muchas las familias que están en la calle o que no tienen trabajo. Sin embargo, nuestro objetivo es poder apoyar a las personas más afectadas”, precisó el representante de ACNUR en Colombia.
“Una amiga me dio unos números de teléfono para llamar a entidades que nos puedan ayudar. Hasta el momento, nadie nos ha orientado o apoyado”, aseguró a la VOA Roxibeth Cueva, migrante venezolana desalojada en Colombia.
La OIM ha habilitado 20 líneas de atención telefónica en siete territorios del país para orientar y referenciar a refugiados y migrantes que necesitan asistencia humanitaria.
De acuerdo con Juan Francisco Espinosa, director general de Migración Colombia, aproximadamente el 57% del total de venezolanos radicados en dicho país viven en condición de irregularidad. La entidad ha trabajado en un proyecto de identificación biométrica que busca brindarles la posibilidad de formalizar su estadía.
Debido a la pandemia, a la fecha, Migración Colombia tiene más de 42.000 solicitudes de venezolanos en espera de poder retornar a su país.