La incautación del cargamento de combustible iraní de cuatro buques por parte del gobierno estadounidense sienta un precedente en la comunidad marítima sobre el alcance de las sanciones y ahoga aún más a una Venezuela desprovista de combustible, coinciden expertos.
El viernes, Estados Unidos dijo haber interceptado el cargamento de petróleo iraní de cuatro embarcaciones que se dirigían hacia Venezuela. Los buques, de propiedad griega, estaban en paradero desconocido desde que apagaron sus dispositivos de rastreo, hace más de un mes.
A finales de mayo, cinco buques iraníes con más de un millón de barriles de gasolina desembarcaron su carga en Venezuela, que atraviesa una escasez de combustible debido al colapso de las refinerías estatales.
La incautación se dio siguiendo una orden emitida por una corte del Distrito de Columbia, citando conexiones entre la persona que gestionó la venta de gasolina y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, una organización designada como terrorista y sancionada por EE.UU.
Para Luis Benavides, abogado de la Universidad Católica Andres Bello y experto en litigios y asuntos humanitarios, la incautación va a complicar las relaciones Venezuela, que necesita desesperadamente del combustible e Irán.
“No creo que Irán vaya a responder de una forma más violenta; seguramente, lo que van a hacer las autoridades de Irán y Venezuela será condenar el hecho (…), pero -más allá de eso- no creo que Irán vaya a ejercer una acción violenta o que involucre presión militar”, expuso Benavides en entrevista con la Voz de América.
El embajador de Irán en Venezuela, Hojat Soltani, en un mensaje de Twitter, desvinculó a su país del cargamento, haciendo énfasis en que los barcos no son de propiedad iraní ni llevaban bandera del país persa.
El precedente más reciente de una incautación de petróleo iraní —en este caso, con destino a Siria— por parte del Reino Unido, tiene como vínculo con los hechos del viernes a la empresa Avantgarde, que según la agencia Associated Press, ha sido relacionada por los fiscales estadounidenses a la Guardia Revolucionaria.
¿Cómo logró EE.UU. incautar el cargamento sin usar la fuerza? Según dijo un funcionario estadounidense a AP, los oficiales estadounidenses amenazaron a los dueños de las embarcaciones, aseguradoras y capitanes con sancionarlos sino entregaban los 1,1 millones de barriles de gasolina, que son ahora propiedad estadounidense.
“Muchas navieras van a pensarlo dos veces en transportar gasolina iraní a Venezuela”, dijo a la VOA Emilio Figueredo, abogado venezolano y experto en derecho internacional.
Los buques están conectados a una red de compañías propiedad de un empresario griego llamado George Gialozoglou, según confirmaron varios medios, entre ellos el The Wall Street Journal, quien fue el primero en informar sobre la incautación.
En una entrevista al medio especializado en el sector marítimo Lloyd’s List a inicios de julio, Gialozoglou dijo que sus compañías no violarían las sanciones y obedecerían la ley.
“Creo que [el decomiso] va a afectar a ambos países o, mejor dicho, a ambos gobiernos, porque abre la puerta a las sanciones y desvío de naves que refuerzan los intercambios comerciales entre Irán y Venezuela”, enfatizó Figueredo.
Sanciones estadounidenses versus necesidades de los venezolanos
Para Russ Dallen, socio de la firma de inversores Caracas Capital, que ha rastreado los movimientos de las naves, la incautación es un “gran éxito para la política exterior estadounidense que muestra que las sanciones están funcionando”.
El experto hizo énfasis en que la noticia es un reflejo de los cambios en el liderazgo del Departamento de Estado. Después de la salida de Brian Hook, el entonces enviado especial de EE.UU. para Irán, Elliott Abrams, encargado de Venezuela, ha tomado las riendas de la estrategia hacia ambos países.
“Abrams está mostrando la sinergia que existe entre Venezuela e Irán”, aseguró Dallen.
El gobierno estadounidense busca aplicar presión económica sobre el país para forzar la salida del presidente en disputa, Nicolás Maduro.
Benavides, sin embargo, encendió las alarmas sobre el impacto que la incautación de gasolina, que escasea en Venezuela, tendrá sobre el venezolano de a pie.
“Estas medidas (…) no solamente golpean al gobierno venezolano y a la Guardia Revolucionario de Irán, sino que golpean a la ciudadanía venezolana. Allí entramos en una encrucijada: si los Estados Unidos siguen ejerciendo sus sanciones y siguen decomisando los buques cargados de gasolina, al final del día quien va a pagar las consecuencias va a ser el ciudadano”, dijo el abogado.
Cabe señalar que Washington ha reiterado en numerosas ocasiones que sus sanciones están directamente "dirigidas" contra personas e instituciones vinculadas con "el régimen de Maduro" para evitar perjudicar a una población que se encuentra sumida en una crisis económica, humanitaria y, ahora también, sanitaria.
La red de refinerías de la estatal petrólera de Venezuela, PDVSA, tiene la capacidad de producir 1,3 millones de barriles al día. Sin embargo, en el mes de junio la producción fue solo de 339.000 barriles diarios. Años de falta de inversión, mala administración y crisis económica han diezmado radicalmente la producción energética del país.
Las sanciones estadounidenses al sector petrolero y la gobierno en disputa de Venezuela han congelado su capacidad importar gasolina para suplir su demanda y también han llevado a las últimas compañías extranjeras que aún operaban en el país —Chevron, Rosneft— a terminar sus operaciones.