Sara Jaramillo tenía 11 años cuando la vida le cambió de súbito. Estaba en su casa, preparándose para pasar su viernes libre -no tenía clases en la escuela ese día- cuando una llamada telefónica le sorprendió y le marcó para siempre: su padre había sido asesinado por un sicario.
El trauma que en una niña de su edad causó una noticia como esa, y la reacción en cadena en su familia, es lo que varios años después ha logrado plasmar en su libro 'Cómo maté a mi padre', que es el rompecabezas emocional de la escritora, en el que nos lleva a la profundidad de su memoria y ahí desentierra el dolor, lo observa, lo siente y lo transforma.
“Es como la comprobación de que uno está solo en el mundo. Yo digo que yo crecí desde los 11 años. Fue como darme cuenta de que, si esto me pasó hoy con mi papá, esto significa que me puede pasar con mi mamá, una conciencia de la muerte muy exacerbada que uno a los 11 años no tiene”, explicó Jaramillo Klinkert a la Voz de América.
“Los seres humanos cuando tenemos heridas muy profundas o cargamos algún tipo de tragedia o alguna cosa que nos incomoda, lo que uno tiende a hacer siempre es como esconderla, tenerla en un lugar dentro de uno que esté muy protegida y resguardada, y es un lugar en el que uno no se atreve a asomarse”, platica la autora.
Pero ahora, Jaramillo Klinkert se atrevió y se lanzó al abismo del recuerdo en el que sepultó el sentimiento que hoy expresa para sanar. Su historia, según nos dijo, es la de miles de colombianos.
“La Medellín de finales de los ochenta, y los noventa fue aterradora. En la época en que mataron a mi padre, pues es que hubo tal cantidad de muertos que eran tantos, que eso no se alcanzaba a investigar y entonces la misma justicia estaba permeada por el narcotráfico y por la corrupción, entonces había cosas que tampoco les interesaba investigar”, rememora.
Jaramillo Klinkert dice que obra narra el desplome de su familia, tras la vivencia de un crimen que nunca fue investigado, según afirma la periodista.
“'Cómo maté a mi padre' fue como el ejercicio que yo hice de revivirlo para poder escribir su historia y luego matarlo para dejarlo en ese sitio que es el libro, que se me hace un mejor lugar que bajo tierra”, aseguró Jaramillo Klinkert.
La huella irreversible también forjó su voluntad y carácter, ya que con el dolor también viene el entendimiento y el renacimiento, nos dijo.
“Hay veces en que la única opción que uno tiene es seguir adelante, así esté roto y esté triste, así le parezca que son injustas las cosas, no hay otra opción que seguir adelante”, reflexionó la escritora y periodista.
(Adaptación, Herbert Zepeda.)