Los temores a una segunda ola de COVID-19 están creciendo en todo el mundo al reportarse un aumento de casos en países donde parecía que la pandemia iba cediendo y ahora se vuelve a hablar de restricciones, en medio de la espera por una vacuna que aparenta ser elusiva.
La atención está en Europa, con las alarmas sonando en Gran Bretaña, España, Francia e Italia, pero sin descartar rebrotes en Estados Unidos y países de América Latina, como Brasil y México.
En Gran Bretaña, el primer ministro Boris Johnson, pidió este martes a la población trabajar desde sus casas siempre que sea posible y ordenó un cierre más temprano de los bares y restaurantes para frenar la propagación.
Johnson dijo que las nuevas restricciones podrían durar hasta seis meses sin descartar la posibilidad de imponer una nueva cuarentena en el país.
España, que hace unos meses fue uno de los focos de la pandemia, también está lidiando con nuevos casos de coronavirus, que obligaron a la comunidad de Madrid a imponer un confinamiento parcial en algunas zonas de la ciudad.
Alrededor de 860.000 personas no podrán abandonar sus vecindarios a no ser para ir al trabajo, estudiar o por razones médicas. La medida provocó protestas de los residentes de los barrios más pobres, que son los más afectados, y se quejaron de restricciones que consideran discriminatorias.
En Francia, el jefe del sindicato de trabajadores médicos advirtió que los hospitales están en un momento crítico y que, aunque las tasas de infección no son tan elevadas como en marzo, algunos centros médicos estaban viendo un gran aumento de admisiones por coronavirus.
Italia anunció que comenzaría a hacer pruebas obligatorias de COVID-19 a todas las personas que lleguen de París y otras áreas de Francia y advirtió a la población que hay que seguir siendo cautelosos.
La temporada veraniega en Europa y la apertura de fronteras después de los confinamientos de principios de año para contener el virus han sido señalados por los expertos como una de las fuentes de las nuevas propagaciones, con los bañistas llenando las playas y desobedeciendo órdenes de mantener las distancias, especialmente entre los jóvenes.
Israel fue el primer país en imponer una segunda cuarentena nacional el viernes. La primera fue aliviada en mayo cuando el número de casos cayó a cifras de un solo dígito, pero la tasa de infección se disparó en el último mes.
EE.UU. supera las 200.000 muertes
Estados Unidos llegó este martes a las 200.000 muertes por COVID-19 y las autoridades de salud temen que la llegada del otoño agrave la situación de la pandemia cuando muchas personas se vean obligadas a permanecer más tiempo bajo techo al comenzar el frío.
En el país están muriendo un promedio de 800 personas diarias, en comparación con 15 en Australia, Canadá, Alemania, Israel, Italia y el Reino Unido.
Además, los casos están aumentando en 20 de los 50 estados, también en pasados epicentros como Nueva York y Nueva Jersey.
Hay preocupaciones también de que el inicio de la temporada de la influenza ponga en peligro de caer enfermas a más personas con una conjunción de distintos virus.
Por el momento, las autoridades de salud están recomendando a toda la población que se vacune contra la influenza, para al menos estar protegidos contra una enfermedad cuya inoculación podría ser de cierta utilidad contra la COVID-19.
América Latina
Mientras tanto, en América Latina la cifra de contagios llegó a 8,7 millones con más de 322.000 muertes, la mayor cifra para una región según un recuento de la agencia Reuters.
Un problema que señalan los expertos es que, a pesar de las estrictas medidas tomadas en algunos países y su cumplimiento, la pobreza extendida y las economías informales en la región dificultan contener la propagación del virus.