De acuerdo a un informe presentado por el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), en los centros penitenciarios del país abundan casos de reclusos con diversas patologías que no están siendo atendidas correctamente por las autoridades gubernamentales.
Carolina Girón, directora de la ONG que vela por los derechos de los privados de libertad, alerta que entre octubre del 2019 y abril de este año, de las 55 muertes que contabilizaron en los centros penitenciarios, 40 fueron por motivos de salud, la mayoría ligados a desnutrición y hacinamiento, que según el OVP es de 167%.
“Realmente nos sigue preocupando, vemos que la situación va en aumento y no vemos una mejoría, una intención de parte de las personas responsables de que esta situación suceda sino que lo están ocultando”, manifestó.
Girón detalló que cuando en marzo fueron implementadas la medidas de confinamiento para hacer frente a la COVID-19, se prohibieron las visitas y el ingreso de medicamentos y alimentos a los centros de reclusión y que “no hubo un protocolo de atención”, por lo que muchos de los presos con VIH y tuberculosis, durante tres meses, no recibieron el tratamiento, que es entregado por sus familiares y no por el ministerio de salud.
“Le dejaron dicha responsabilidad a los familiares que tienen que ir a la oficina en la capital del estado a buscar los tratamientos y ellos llevarlos a los centros penitenciarios (…) aquellos presos que estaban diagnosticados y que estaban siendo favorecidos por el tratamiento de los programas contra la tuberculosis y el programa (para pacientes de) VIH pasaron 3 meses sin recibir el tratamiento, entonces toda la mejoría, evidentemente la perdieron”, dijo Girón.
El médico infectólogo Santiago Bacci destacó que la cantidad de personal sanitario destinado a la evaluación de los presos no es la “más adecuada” y que los tratamientos llegan de forma “irregular”.
“De aquellos reclusos que se registraron con problemas de salud o estaban enfermos, de 116 reclusos enfermos, 74 de ellos fueron por tuberculosis y 25 de ellos estuvieron con infección por tuberculosis y el virus del VIH (…) 76% que nunca llegaron a recibir tratamiento, casi la mayoría de aquellos enfermos a los que se detectó tuberculosis no llegaron a recibir tratamiento”, precisó el especialista.
Bacci insistió en que “hay que reestructurar la parte de atención médica en los centros penitenciarios” y sostuvo que uno de los hallazgos del estudio titulado “El VIH y la tuberculosis en las cárceles venezolanas”, es que las muertes “por enfermedad superaron las muertes por hechos violentos”.
De acuerdo al fiscal general del gobierno en disputa, Tarek William Saab, junto al Poder Judicial, la institución que preside se encuentra trabajando para descongestionar los centros de detención.
“Debemos recordar que en octubre de 2019, se instaló una mesa de alto nivel con el objetivo de diseñar estrategias para atender la problemática de hacinamiento en centros de detención preventiva de distintas policías y comandos de la GNB”, escribió Saab en su cuenta en Twitter la tarde del jueves.