El presidente ruso Vladimir Putin hizo un llamamiento el viernes para tratar de salvar el último pacto de control armamentista nuclear entre su país y Estados Unidos y propuso extenderlo al menos por un año.
Mientras tanto, diplomáticos rusos y estadounidenses emitieron señales conflictivas sobre la suerte del tratado Nuevo START (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas), que caduca en febrero a menos que Moscú y Washington acuerden extenderlo.
En una reunión de su Consejo de Seguridad, Putin dijo que sería “extremadamente triste que el tratado deje de existir sin que lo reemplace otro documento fundamental del mismo tipo”.
“Todos esos años, el Nuevo START ha funcionado, cumpliendo su papel fundamental de limitar y contener una carrera armamentista”, observó.
El tratado Nuevo START fue firmado en 2010 por los presidentes Barack Obama y Dmitry Medvedev. El pacto limita a cada país a no más de 1.550 ojivas nucleares instaladas y 700 misiles y bombarderos y contempla inspecciones in situ para verificar el cumplimiento.
Después de que Washington y Moscú se retiraron del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, el Nuevo START es el único pacto de control nuclear que subsiste entre los dos países.
Rusia ofreció anteriormente una extensión incondicional por cinco años, mientras Estados Unidos impulsó un nuevo acuerdo que incluyera a China. Moscú ha dicho que la idea es inviable, ya que Beijing se niega a negociar un acuerdo que reduzca su arsenal nuclear, que es mucho menor que el de los otros dos.
Putin propuso el viernes "extender el tratado actual sin condiciones durante al menos un año para que se puedan llevar a cabo negociaciones significativas en todos los parámetros de los problemas", y dio instrucciones a su canciller Serguei Lavrov para que busque una respuesta rápida de Estados Unidos.
Destacó que Rusia está dispuesta a discutir en futuras conversaciones con Washington las armas nuevas que ha emplazado.
Si no se extendiera el pacto, se eliminarían todas las restricciones sobre los despliegues estadounidenses y rusos de armas nucleares estratégicas y sus sistemas vectores, lo que alimentaría una carrera armamentista pos Guerra Fría y aumentaría las tensiones entre Moscú y Washington.
Rusia y Estados Unidos, que han pedido que se incluya a China en el tratado de control de armas, parecen estar en desacuerdo sobre la extensión del pacto a pesar de varios meses de conversaciones.
El miércoles, Moscú negó las afirmaciones de Estados Unidos de que las dos partes habían llegado a un acuerdo en principio.