Latinoamérica no tendrá un lugar prioritario en la agenda de política exterior del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, de acuerdo con un experto en asuntos políticos de la región incluido en un panel de debate del centro de pensamiento norteamericano Wilson Center.
Daniel Zovatto, politólogo y jurista argentino, especializado en democratización, elecciones y gobernabilidad, examinó la eventual relación de Biden con la región latinoamericana durante su ponencia en el foro “¿Qué esperas el mundo del presidente electo Joe Biden?”, transmitido el martes por el Wilson Center.
Según Zovatto, la mayoría de los gobiernos latinoamericanos observan la victoria de Biden con “un optimismo moderado” debido al conocimiento previo que tanto la región como el presidente electo tienen de cada uno.
“Biden conoce muy bien a la región y le importa. Por el otro lado, la región lo conoce bien. Por supuesto, Latinoamérica no será una prioridad para Biden. Tendrá que prestar mucha atención a asuntos domésticos”, advirtió.
A su juicio, la nueva administración de la Casa Blanca tendrá una aproximación más “predecible y estratégica” hacia América Latina, con una “nueva política” que enfatizará el respeto mutuo y las relaciones multilaterales.
Zovatto subrayó que la mayoría de los presidentes de la región han felicitado a Biden por su triunfo electoral, a excepción de Jair Bolsonaro, de Brasil, y Andrés Manuel López Obrador, de México.
Le llamó la atención que los líderes de los gobiernos de Cuba, Nicaragua y México, que calificó de “autoritarios”, hayan expresado su interés de resetear las relaciones con Estados Unidos “en los términos más positivos”.
Entre las prioridades de la agenda de Biden con Latinoamérica, mencionó la ayuda para combatir la pandemia; el aumento de la “resiliencia democrática” para garantizar la estabilidad política; su intento de balancear el rol de China en la región; y otros asuntos comunes, como la migración y el cambio climático.
Biden prestará una “atención particular” a Cuba, Nicaragua y Venezuela debido a sus controversias electorales, así como a Brasil, por la deforestación de la Amazonia, y a Colombia, por tratarse de una piedra fundacional de puntos clave de las relaciones exteriores de Estados Unidos, previó Zovatto.
Sin hostilidades
La Unión Europea confía en que las relaciones con Estados Unidos se reestructurarán bajo un concepto de “apreciación mutua de la alianza”, opinó Norbert Rottgen, miembro del Parlamento Federal de Alemania y exminisrto de Medio Ambiente, durante su exposición en el simposio del Wilson Center.
Los nexos entre Europa y Estados Unidos, bajo el liderazgo de Biden, pueden preverse como “completamente diferentes” del tono que hubo durante la administración de Donald Trump, por lo que se espera que se superen las “hostilidades” de los últimos cuatro años, añadió.
La llegada del presidente electo a la Casa Blanca propone asimismo una “oportunidad real” de lograr posturas consensuadas en temas de política exterior, como China y el cambio climático, según Rottgen.
En cuanto a Rusia, existe una política de “esperar y ver” los resultados definitivos de las elecciones en Estados Unidos de parte del gobierno de Vladimir Putin, comentó Viktoriya Zhuravleva, autora y profesora universitaria experta en relaciones internacionales de Estados Unidos.
“Si hablamos del gobierno ruso, no hay expectativa [de mejorar las relaciones]. Hubo muchas expectativas hace cuatro años y mucha decepción. Están manteniéndose en calma y esperando por los primeros pasos” de Biden, dijo.
Rami George Khouri, periodista especializado en asuntos del Medio Oriente, subrayó que Biden debe “entrar en razón” ante los grandes cambios que han ocurrido en la región desde que ocupase como vicepresidente la Casa Blanca.
“Hay mas gobiernos autoritarios, una gran penetración de actores extranjeros, como Rusia”, especificó. Khouri también puntualizó que Biden tiene frente a sí el reto de negociar en términos respetuosos con gobiernos como el de Irán.
“Su reto es averiguar lo que quieren y negociar para que sea una situación ‘ganar-ganar’. Quieren ser tratados con respeto, con igualdad, no como sancionados, sino tratados según las leyes internacionales. Esto fue lo que hicieron Biden y Obama”, entre 2008 y 2016, precisó.
Sobre China y África
Tong Zhao, académico e investigador de asuntos de seguridad estratégica, afirmó que la disputa electoral entre Trump y Biden se ha antojado como “entretenida” para vastos sectores del pueblo chino.
Advirtió que tal diatriba puede ser contraproducente para aleccionar a China sobre el control gubernamental de los medios, que en Estados Unidos proclamaron a Biden como ganador a pesar de las disputas judiciales de Trump. “Va a ser más duro sermonear a China sobre ese asunto”, insistió.
La rencilla sobre los resultados de la votación y los elevados registros de la pandemia favorecieron entre los chinos la tesis de que Estados Unidos “está declinando” como un país potencia, sostuvo.
Tom Mboya, especialista en temas de gobiernos independientes, comentó que África está muy interesada en ver cómo las instituciones estadounidenses resuelven las rencillas sobre las votaciones presidenciales.
“El continente está esperando de una administración de Biden, quizá, un retorno a la normalidad. Hubo partes de África que salieron del radar” de la política exterior de Estados Unidos en los últimos cuatro años, señaló.
Biden “no necesita inventar la rueda” de las relaciones entre Estados Unidos y África, acotó, destacando que esos nexos datan de más de medio siglo.
Los puntos clave de la relación son los que tradicionalmente han copado la agenda bilateral, estimó Mboya: las mejoras de los sistemas de salud africanos, el reforzamiento de la balanza comercial, y “la paz y la seguridad”.