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Oposición venezolana recibirá 2021 con riesgo de exilios y un nuevo liderazgo


El político venezolano y líder opositor Juan Guaidó, a la izquierda, saluda a sus partidarios durante una consulta organizada por la oposición. Diciembre 12, 2020.
El político venezolano y líder opositor Juan Guaidó, a la izquierda, saluda a sus partidarios durante una consulta organizada por la oposición. Diciembre 12, 2020.

El “divorcio enorme” entre el país real y los dirigentes venezolanos será abono de nuevos rostros en la política venezolana, opinan analistas. Las amenazas de persecución del chavismo contra la oposición son “creíbles”, dicen.

La oposición venezolana recibe el Año Nuevo con amplios riesgos de persecución del madurismo, exilio de sus dirigentes políticos y la aparición de nuevos liderazgos adversos a Nicolás Maduro, prevén analistas.

Los integrantes del Parlamento electo en 2015 perdieron de facto el control del Poder Legislativo, que el chavismo ocupará a partir del 5 de enero con una aplastante mayoría de diputaciones, 253 de 277 asientos.

La oposición, liderada por el presidente interino Juan Guaidó, decidió no participar en las votaciones por considerarlas un fraude. En respuesta, organizó una consulta popular sobre el gobierno en disputa de Maduro, esas elecciones y la solicitud de ayuda a la comunidad internacional, con una participación de al menos 6,4 millones de electores tanto dentro como fuera de Venezuela.

Las dudas sobre la garantía técnica y los frutos políticos de esa cifra de participación, así como las interrogantes de si Estados Unidos y la Unión Europea apoyarán la tesis de la continuidad administrativa del antiguo Parlamento, generan incertezas el camino de la oposición de cara a 2021.

La oposición deberá enfrentar la pérdida de espacios políticos y, muy posiblemente, exilios de parte de su dirigencia, según el politólogo y docente universitario en Venezuela, Pablo Andrés Quintero.

“Muchos van a tener que irse porque el chavismo, con el control del Parlamento va a utilizarlo para perseguir sobre todo a los actores políticos más radicales en cuanto a discurso, no tanto en la práctica, pero los que más han bombardeado las redes sociales con la narrativa de la intervención, los bloqueos, las sanciones”, advierte en entrevista con la Voz de América.

El chavismo opina que los diputados electos en 2015 dejarán de ser tales a partir del 5 de enero de 2021, por lo que estarán desprovistos de la inmunidad parlamentaria establecida en el artículo 200 de la Constitución.

Solo en 2019, el Tribunal Supremo de Justicia y la Asamblea Nacional Constituyente despojaron de su inmunidad a 24 diputados, entre ellos Guaidó, por considerar que habían cometido traición a la patria, conspiración, rebelión civil y usurpación de funciones, entre otros delitos. Muchos se fueron al exilio.

Fragmentación y renovación

Si bien la presidencia estadounidense ha sido el principal valedor de Guaidó desde su juramentación en enero de 2019, el ascenso del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca ha despertado interrogantes sobre su reconocimiento a la continuidad de la Asamblea de 2015 y, por ende, del propio Guaidó.

A ello, acota Quintero, se suman las amenazas de líderes chavistas, como la exministra Iris Varela y Diosdado Cabello, electos diputados en diciembre.

“Ya las amenazas son creíbles y el chavismo ha demostrado que, cuando amenaza, cumple”, añade.

El analista considera que a la oposición le espera, a su vez, una “fragmentación interna” producto del debate entre la continuidad administrativa de la Asamblea de 2015, estrategias alternativas o, incluso, el apoyo de la comunidad internacional a vías de fuerza, como el TIAR.

“La oposición se enfrenta a un dilema. Seguir acompañando a Guaidó o cada cual separarse con pequeños grupos, un fraccionamiento interno”, apunta.

Daniel Varnagy, politólogo y profesor universitario, anticipa un desplazamiento del actual liderazgo opositor, cuyas actuaciones han generado “aquietamiento” y “frustración depresiva” en la población.

“El venezolano tiene muchas ganas de vivir y sobrevivir, por lo cual estimo que el año 2021, una vez que esté destruida toda esperanza en términos de instituciones políticas, viene una generación de nuevas alternativas políticas, que va a generar optimismo, esperanza”, comenta a la VOA.

A esa “defenestración” de la dirigencia política actual, la seguirá la aparición de “nuevos liderazgos de base” dentro y fuera de los partidos venezolanos, dice.

“En casi toda Venezuela, cualitativa, hay una serie de jóvenes y de no tan jóvenes que han establecido una nueva forma de liderazgo que tiene que ver con el capital social positivo, que buscan ayudar a sus comunidades, el tema de los comedores populares es muy importante”, observa.

“Divorcio enorme”

Jesús Seguías, director de la firma encuestadora Datincorp, subraya que los venezolanos han dejado de creer en los políticos. La abstención electoral del 6 de diciembre fue de 69,5 por ciento y en la consulta participó el 30 por ciento del padrón electoral, de acuerdo con cifras de sus organizadores.

“Los venezolanos no creen en los políticos, no participan, como se reflejó en los eventos populares. La desesperanza es lo peor que le puede ocurrir a un país. Les pasó a los soviéticos durante 60 años de tragedia socialista”, señala.

Seguías considera que hay “un divorcio enorme” entre el país real y los políticos hasta el punto de que ya no existe polarización, como en años anteriores.

“Venezuela está dividida entre unos políticos que operan entre el chavismo y la oposición, que son el 43 por ciento de los venezolanos, y una mayoría que no quiere saber nada ni del chavismo ni de la oposición”, indica.

Los sondeos de Datincorp de noviembre revelan que la desconfianza de los venezolanos en los dirigentes políticos es de 88 por ciento y solo dos por ciento de los consultados expresan su confianza hacia los partidos.

El rechazo tanto a Maduro como a Guaidó se expresa en niveles superiores al 80 por ciento. “Con esos niveles tan críticos de cohesión política en el país, pasando por seis megacrisis y sin liderazgo confiable, todavía los políticos no se percatan del daño que están haciendo al país y a sí mismos”, critica.

Varnagy estima que la desesperanza en el funcionamiento institucional abonará al surgimiento de nuevos líderes, formas de asociación y de hacer política.

Resalta que las dirigencias incipientes también se evidenciarán en el chavismo, esencialmente entre “clases muy enriquecidas”. Quintero, por su parte, cree que el nuevo Parlamento será plataforma de rostros relativamente nuevos.

“Se espera que los números de autodefinición política y credibilidad bajen también por desgaste y desencanto de la población. A la oposición le espera a partir del 5 de enero un cambio de fotografía política”, concluye.

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