La votación temprana está en marcha en la contienda en el sureño estado de Georgia para definir dos elecciones de segunda vuelta para dos escaños en el Senado, donde ninguno de los candidatos obtuvo una mayoría de los votos en la elección de noviembre. En juego en la elección del 5 de enero está el balance de poderes en el Congreso estadounidense.
Tanto el presidente Donald Trump como el presidente electo Joe Biden han enfocado sus energías en las contiendas. Trump dijo en un acto de campaña el 5 de diciembre en ese estado que “los votantes de Georgia determinarán qué partido administrará todo comité, redactará cada pieza de legislación, controlará cada dólar de los contribuyentes”, al tiempo que urgió al apoyo de los senadores titulares del partido republicano Kelly Loeffler y David Perdue.
Trump planifica realizar otro acto de campaña el 4 de enero el Dalton, Georgia.
Biden ha hecho campaña por los candidatos demócratas Raphael Warnock y Jon Ossoff. el pasado 15 de diciembre dijo a los votantes: “Envíenme estos dos hombres y controlaremos el Senado y vamos a cambiar la vida de la gente de Georgia”.
Ambas contiendas están reñidas. Warnock está esencialmente empatado con Loeffler, quien fue designada a su escaño por el gobernador para remplazar al senador Johnny Isakson, retirado hace un año por razones médicas.
La contienda enre Ossoff y Perdue también está reñida. Perdue fue electo en 2014 y Ossoff ha cerrado la brecha para alcanzar un virtual empate, según encuestas recientes.
El poder en el Congreso estadounidense ha estado dividido. Los demócratas continúan teniendo una mayoría en la Cámara de Representantes, y la votación del 5 de enero en Georgia le dará a cualquiera de los dos partidos el control del Senado.
"Si los demócratas logran alcanzar dos victorias, habrá 50 republicanos y 50 demócratas, un empate”, dijo la analista política Sherry Bebitch Jeffe.
Los votos para romper los empates serían emitidos por la demócrata Kamala Harris, la próxima vicepresidente, quien presidirá el Senado. Los demócratas necesitan ganar ambas contiendas para tener el control, y los republicanos necesitan sólo una.
Biden revirtió en noviembre los recientes patrones de votación, ganando Georgia por una fracción de un punto porcentual, mientras los dos candidatos demócratas al Senado obligaron a ir a una segunda vuelta al evitar que los candidatos titulares alcanzaran el 50 por ciento más un voto.
"Esa fue una gigantesca victoria para los demócratas”, dijo Raphael Soneshein, director ejecutivo del Instituto Pat Brown para Políticas Públicas de la Universidad Estatal de California, en Los Angeles. “Aunque no será fácil para los demócratas ganar ambos escaños, es una señal de que Georgia se está moviendo en la misma dirección que otras partes del Sur podrían estar haciéndolo, hacia una nueva coalición”.
Dijo que Georgia, como los estados sureños de Virginia y Carolina del Norte, han tenido una afluencia de votantes con educación universitaria, que tiende a votar demócrata.
"La población afroestadounidense, la población latina, la población asiática-estadounidense en esos estados ha crecido”, dijo Sonenshein, conduciendo a lo que calificó como un electorado más progresista.
Aún así, dijo Jeffe, la contienda en el Senado se definirá en base a quién logre hacer que los votantes acudan a las urnas.
"Los demócratas se están moviendo con fuerza con una campaña de visitas a casa, tocando las puertas, aún en una pandemia”, dijo, señalando que los republicanos llevan la delantera en la recaudación de fondos.