Pese a que las estadísticas en ciudades como Bogotá muestran una sensible disminución en los últimos meses de delitos como hurtos, lesiones personales y homicidios, la percepción de inseguridad entre la población es creciente. Hechos como dos casos de sicariato en la ciudad, en sólo una semana, o el reciente crimen de un patrullero de la policía por dos delincuentes, han encendido las alarmas.
Mientras las autoridades atribuyen varios de los hechos violentos a rencillas entre bandas criminales que se disputan las rentas del microtráfico y otras economías ilegales, la sensación de inseguridad en las calles es latente entre la población, especialmente en las grandes ciudades de Colombia.
El asesinato en el norte de Bogotá de un patrullero de la policía, un hecho que presuntamente vincula a dos inmigrantes venezolanos, uno capturado y otro dado de baja por las autoridades, reavivó la polémica en torno a si la migración desde Venezuela ha impactado, de alguna manera, la seguridad en Colombia, como lo afirmó la alcaldesa de la capital colombiana, Claudia López.
“La inmensa mayoría de los migrantes es gente humilde, pero una minoría de migrantes venezolanos, profundamente violentos, que matan para robar, son un factor de inseguridad enorme en nuestra ciudad”, expuso la funcionaria local.
No obstante, las cifras sobre migrantes capturados o que se encuentran en las cárceles del país, sindicados o condenados por la comisión de delitos, apenas llega al 1,8% de la población carcelaria total. Esto, a juicio de Jerónimo Castillo, experto en seguridad, no permite afirmar que el fenómeno migratorio haya afectado sensiblemente la seguridad en el país.
Por su parte, el director de Seguridad Urbana de la Fundación para el Progreso de la Región Capital, ProBogotá, César Restrepo, señala que los aparentes bajos índices de criminalidad en Bogotá, en los últimos meses, son el reflejo de las restricciones propias de la cuarentena, y no de una verdadera disminución de la delincuencia.
Incluso Restrepo señala que la crisis generada por la pandemia incrementará más la criminalidad, sin distinción de nacionalidad.
“Las condiciones de seguridad no se transformaron, siguen existiendo los mismos problemas y van a empeorar por los choques socioeconómicos que nos va a dejar la pandemia, y en eso hay colombianos y venezolanos”, dijo.
En medio de la polémica por los señalamientos y estigmatización contra la población migrante, el presidente Iván Duque pidió a las autoridades locales medidas objetivas contra la delincuencia y no recurrir a discursos xenófobos.
“Muchas veces los discursos populistas, facilistas demagógicos, apelan a la xenofobia, a la estigmatización, al rechazo y no frente a la objetividad que debe proceder cuando algo es contrario a la ley”, declaró el mandatario.
Sólo en Bogotá, entre enero y febrero de este año, se reportaron 155 homicidios. La alcaldesa Claudia López pidió a la ciudadanía fortalecer los denominados Frentes de Seguridad en los barrios, para apoyar a las autoridades, dado el déficit de policías, que en la capital es cercano a los 10.000 uniformados.
Analistas en seguridad ciudadana señalan que las autoridades deben enfrentar de manera integral la criminalidad, fortaleciendo las estrategias para desarticular las estructuras criminales que se nutren con población vulnerable colombiana y, en menor escala, con delincuentes que están llegando como parte de la inmigración.