Yeliza Katherine Ceballos, de repente quedó en medio de los combates entre militares venezolanos e insurgentes colombianos de las disidencias de las Farc, con presencia en territorio venezolano. Atemorizada, buscó refugio en Colombia junto a otros cientos de miles de sus compatriotas que huyeron de los fuertes enfrentamientos.
“No hay como estar en la casa de uno pero como dice el dicho, primero nuestra vida que una muerte sin necesidad a nada”, cuenta a la Voz de América Ceballo, que huyó del municipio venezolano de La Victoria, donde estallaron los enfrentamientos el pasado 21 de marzo.
Los enfrentamientos entre la Guardia Bolivariana de Venezuela y las disidencias de las Farc, que tienen presencia en Venezuela, han provocado el desplazamiento de miles de personas a Arauquita, Colombia, desde La Victoria, Estado Apure.
Son miles de familias que han llegado hasta Arauquita, Colombia, a refugios como el de La Rivera, uno de los 20 ubicados en ese municipio. La situación en este lugar es compleja. Más de 500 venezolanos se encuentran en este albergue donde han permanecido por más de un mes, desde que se iniciaron los enfrentamientos entre las fuerzas militares venezolanas, las disidencias de las Farc y el ELN (Ejército de Liberación Nacional), que se disputan el control del contrabando en la zona.
“Disparos, los aviones, eso es algo inesperado. Nunca habíamos vivido lo que se está viviendo ahorita”, dice Sully Pulido, otra de las víctimas que quedó en medio de los bombardeos y que cruzó en canoa el río limítrofe de Arauca para buscar refugio en Colombia.
Los pobladores que llegan a Arauquita, desplazados por la ola de enfrentamientos, aseguran que la confrontación armada se debe a una ofensiva del Gobierno en disputa de Nicolás Maduro, contra una facción de las disidencias de las Farc, que es enemiga del otro grupo disidente de esta guerrilla, que tiene presencia en ese país y que es liderado por Iván Márquez y Jesús Santrich.
Niños, ancianos, mujeres embarazadas y jóvenes duermen hacinados en carpas ubicadas en canchas de cemento, esta vez ya no a la merced de los disparos, sino a la exposición del covid-19.
Ahora, castigados por este conflicto y abarrotados en espacios improvisados, algunos esperan ansiosos por noticias e información de familiares que no pudieron salir durante la ofensiva y de los que ahora no se sabe de su paradero.
“Es una situación extraña, a varios se los llevaron y no sabemos para dónde. Ahora estamos en una situación bastante crítica porque no podemos regresar a nuestros hogares” aseguró José Sánchez.
A pesar de la ayuda humanitaria, que cubre las necesidades básicas, estos espacios no son aptos para las multitudes que los habitan actualmente.
“Con el apoyo de varias instituciones y algunas instancias de carácter internacional que están en este momento prestando ayuda, estamos brindando espacios de bienestar, precisamente para mejorar sus condiciones de vida mientras la situación permite el retorno, como lo han venido haciendo algunas familias”, señaló el coronel Luis Atuesta, comandante de Policía del departamento de Arauca.
Los desplazados venezolanos, agradecen la acogida del pueblo colombiano, al tiempo que piden garantías para retornar a sus lugares de origen, donde temen que sus casas deshabitadas sean saqueadas.
“Nos sentimos amenazados, obviamente salimos corriendo con mujeres, niños y lo que teníamos a la mano, nos tocó salir huyendo. Es algo que para nosotros en la comunidad es algo nuevo, porque nunca habíamos sentido tal amenaza”, relata Sánchez, habitante del estado de Apure, que con tristeza cuenta que jamás había sufrido esta situación, que espera cese pronto para poder regresar a casa.
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