La constante llegada de menores no acompañados a la frontera sur de Estados Unidos ha generado un aumento sustancial según reflejan los datos que indican que, solo en el mes de marzo reciente los centros de acogida instalados en la franja fronteriza recibieron a unos 19.000 niños que entraron de manera indocumentada al país.
En una audiencia realizada este martes por el Subcomité de Seguridad, Facilidades y Operaciones, parte del Comité de Seguridad Nacional del Congreso, los legisladores de la Cámara Baja a cargo de la temática recibieron a un variopinto grupo de expertos que expusieron la problemática en la frontera sur y las medidas posibles para resolver la crisis.
La llegada de menores no acompañados no es nueva, pero expertos como Lora Ries, investigadora principal sobre Seguridad Nacional de la Fundación Heritage, en Washington, dijo al subcomité que el fenómeno ha ido en aumento, y que este 2021 marca una diferencia sustancial comparado con años anteriores, si se toma la muestra del mes de marzo.
“Estamos presenciando un número récord de niños extranjeros no acompañados en nuestras fronteras del sur. En marzo los agentes de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) detuvieron a casi 19.000 menores, si se compara con abril de 2020 cuando que solo hubo 741 casos. Este asombroso aumento está impulsado por mensajes y opciones que han puesto en peligro vidas; en febrero, los traficantes fronterizos, según se informa, estaban ganando hasta 14 millones por día”, advirtió la investigadora del centro de análisis conservador en la capital estadounidense.
La audiencia presidida por la congresista Nanette Barragán, demócrata de California, tuvo a su lado virtual al jefe de la minoría republicana en el subcomité, el congresista Clay Higgins, de Luisiana; ambos marcaron diferencias sobre la apreciación del fenómeno y el abordaje de la administración del presidente Joe Biden que afronta la primera crisis en la frontera sur antes de cumplir 100 días de su mandato.
Al panel también abonaron expertos como Aaron Reichlin-Melnick, del Consejo Estadounidense de Inmigración, quien parte de la premisa que la llegada de menores no acompañados a la frontera, procedentes de México y de los países del Triángulo Norte de Centroamérica, Guatemala, Honduras y El Salvador, empezó hace más de una década, pero reconoce que desde 2014 el fenómeno fue en aumento, con picos que marcan puntos críticos durante los meses de primavera.
La presidenta del subcomité instó durante su intervención ante sus colegas de ambos partidos, que la situación es crítica y como funcionarios electos deben trabajar para encontrar una solución rápida que ponga en prioridad el respeto a derechos humanos y la dignidad de estos migrantes menores.
“No es tiempo de aferrarse a posturas egoístas, necesitamos trabajar juntos para proveer soluciones… recientemente viajé al valle para ver la situación y conversé con pequeñas niñas procedentes de Guatemala, Honduras y El Salvador”, comentó la congresista Nanette Barragán, quien apunta que los centros de acogida reúnen las condiciones para dar un tratamiento digno a los menores, y que la acogida no tiene comparación con la situación dada durante la anterior administración.
Sin embargo, su colega republicano Clay Higgins, apunta que la crisis en la frontera es real, y que la administración con la vicepresidenta Kamala Harris a cargo de resolver esta problemática, necesita ampliar el nivel de coordinación con todas las agencias para ver una solución, no descarta que sus compañeros de bancada estarían abiertos a discutir soluciones.
El congresista también apunta que en este punto la opinión pública de Estados Unidos no confía en la gestión del gobierno de Joe Biden para tratar el tema migratorio y el control de la frontera, como lo reflejan las encuestas de opinión vertidas el fin de semana reciente para evaluar los primeros 100 días de mandato de Biden.
“Necesitamos admitir que las políticas de esta administración no están funcionando en la frontera, con estos miles de niños que llegan a la frontera sur, crear estos centros es una receta más para el desastre”, apuntó el congresista Higgins.
Sin embargo otros expertos como Jennifer Pudkul, vicepresidenta de Niños y Necesidad de Defensa (KIND, por sus siglas en inglés), el cambio de enfoque en el tratamiento de los menores no acompañados marca un punto de inflexión con la administración anterior y deja ver la prioridad de hacer el trabajo acorde a los estándares internacionales y de defensa de derechos humanos.
También acudió a la audiencia virtual el alcalde de Long Beach, California, Robert Garcia, quien ahondó en la asistencia temporal que ha ofrecido su municipalidad para dar asistencia humanitaria a los menores y apoyar en las múltiples gestiones que realizan los agentes del Departamento de Seguridad Nacional para encontrar las personas que asuman la custodia de los menores
El punto de legalidad que abona al fenómeno
La investigadora de Seguridad Nacional de la Fundación Heritage, Lora Ries, explicó la raíz del problema que año con año presenta un dilema para Estados Unidos ante la llegada cada vez mayor de menores de edad no acompañados, o encomendados por sus padres para que hagan en solitario el paso fronterizo.
Según la investigadora, la Ley de Protección de Niños Extranjeros, aprobada el año 2000 por el Congreso abrió el candado a un fenómeno del que poco a poco han ido tomando ventaja los traficantes, e incluso familias que ven una posibilidad de enviar solos a sus hijos al otro lado del Río Bravo.
“La Ley de Protección de Niños Extranjeros no acompañados de 2000 ofreció protección permanente y beneficios de inmigración más fáciles y extendidos, incluidos a tutores, visas especiales para jóvenes inmigrantes, proceso de ajuste de estatus más fáciles, una exención de deportación acelerada. Era fácil predecir que más padres enviarían a sus hijos solos a la frontera para aprovechar estos beneficios”, dijo Ries
A esta legislación se sumó otro arreglo legal que hizo el Congreso en 2008 para prevenir la trata de personas, o la llamada esclavitud del siglo XXI, con lo que cualquier proceso de repatriación de un menor a sus país solo puede darse de manera extremadamente segura, bajo ese esquema dijo la investigadora las estadísticas solo han ido mostrando un aumento exponencial cada año.
En el año fiscal 2010 el número de menores no acompañados registró 18.400 y dos años después sobrepasaba los 24.000, justo después de la aprobación del Programa de Acción Diferida, DACA; y en 2014 con la llamada Crisis Humanitaria de la Frontera Sur por los niños migrantes las cifras arrojaron un total de 68,500 detenciones.
Sobre este punto los investigadores Aaron Reichlin-Melnick y Jennifer Pudkul coinciden en que no es una decisión fácil dejar desamparados a menores en la frontera sur, porque es casi seguro que a los pocos minutos de estar en el lado mexicano serían fácilmente secuestrados por las bandas criminales que operan en el vecino país.
En la audiencia que se extendió durante dos horas participaron también representantes demócratas y republicanos que conforman este comité entre estos: Bennie Thompson, de Mississippi; Lou Correa, de California; Emanuel Cleaver, de Missouri; Al Green, de Texas e Yvette Clarke, Nueva York. Por el lado republicano participó Michael Guest, de Mississippi, quien también dirigió preguntas acuciosas a los expertos en el tema.
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