La violencia los forzó a huir. Tras ser víctimas de los enfrentamientos entre la Guardia Nacional Bolivariana y las disidencias de las FARC, la población local de La Victoria -en el estado Apure, en Venezuela- huyó hacia Colombia, donde ahora está bajo la amenaza del COVID-19 en albergues temporales con un alto índice de hacinamiento y en muchos casos con asistencia humanitaria insuficiente, a pesar de los esfuerzos de las autoridades para brindar una mejor atención.
"Yo tenía broncopulmonía. Estaba trancada, no podía respirar. Nos aislaron en una carpa, nosotros somos cinco, nos apartaron cuando nos dijeron que teníamos positivo, nos toca sacar a mi hermanito", cuenta Rosa Flores, que dio positivo por covid en uno de estos albergues temporales en Arauquita.
Al igual que 6.000 venezolanos, Rosa huyó desde el pasado 21 de marzo de la población de La Victoria en Apure, Venezuela. Cuando la Guardia Nacional Bolivariana inició una supuesta ofensiva para combatir a las disidencias de las FARC que operan en Venezuela.
El operativo derivó en la ejecución de al menos cuatro campesinos, detenciones arbitrarias, el procesamiento de civiles ante tribunales militares, y torturas contra residentes acusados de colaborar con grupos armados, señaló la organización no gubernamental Human Rights Watch.
Ahora esta venezolana de tan solo 21 años agradece a la vida por enfrentarla a dos dificultades, poder huir del fuego cruzado en el municipio de La Victoria y estar libre del coronavirus.
“Terrible porque nos vinimos de nuestra tierra sufriendo y dejando todo para llegar acá a dormir en el suelo. Pero gracias a Dios acá en Colombia nos colaboran y ahora estamos sanos”, cuenta a la Voz de América Rosa Flores.
Como Rosa, su esposo Javier también dio positivo para COVID-19, los dos se contagiaron en el refugio junto con más de 10 personas.
"Desde que nos hicieron las pruebas nos aislaron, no pudimos salir por catorce días, no pudimos salir para ninguna parte aquí encerrados y aislados", protesta Javier Soteldo.
El secretario de Salud del municipio de Arauquita, Raúl García, relató a la VOA que se están realizando tamizajes con la población y la realización de pruebas cada tres días en cada uno de los albergues.
“En este momento el municipio de Arauquita está enfrentando esta tercera fase del COVID-19. Tenemos un aproximado de 80 casos. Con la unidad administrativa de salud de Arauca, estamos haciendo una especie de tamizajes y todo el cerco epidemiológico a los casos positivos”, indicó el secretario García.
El funcionario hizo un llamado a la comunidad internacional para que no dejen de llegar las ayudas humanitarias, ante la difícil situación que afronta este municipio de 50.000 habitantes al que han llegado a refugiarse los desplazados de Venezuela.
"Cada uno de los organismos que pueda apoyar la emergencia que están pasando los hermanos venezolanos, aporten y acompañen al municipio de Arauquita, no nos dejen solos", pidió García.
Por ahora, sin una solución a la vista para poder retornar a sus lugares, estos más de 6.000 migrantes desplazados seguirán ocupando estas carpas improvisadas, exponiéndose a contraer el virus, mientras se define su situación.