Los estadounidenses más ricos evaden cientos de miles de millones de dólares en impuestos que le deben al gobierno, informó el miércoles el Tesoro de Estados Unidos en un informe.
El reporte señala que el 1% de los contribuyentes -los de mayores ingresos- no pagó alrededor de 163.000 millones de dólares en impuestos, lo que representa aproximadamente el 28% del total de 600.000 millones en impuestos no pagados, mientras que el 5% superior no pagó un total de 307.000 millones, un 53 % de la suma total.
El Tesoro calificó los 600.000 millones de dólares en pagos insuficientes como un total "sorprendente" equivalente a aproximadamente al 3% de la PIB anual del país, de casi 23 billones de dólares. La suma es igual a todos los impuestos pagados por el 90% de los contribuyentes con menores ingresos del país.
Los contribuyentes más ricos representan la mayor parte de la evasión fiscal, según el informe, porque tienen los recursos financieros para contratar contadores y asesores fiscales "que los ayudan a protegerlos de asumir su verdadera obligación fiscal".
También recoge que los contribuyentes ricos a menudo tienen fuentes de ingresos "opacas" de sociedades comerciales, propiedades e ingresos por alquileres. Por el contrario, la mayoría de los estadounidenses asalariados pagan impuestos federales sobre la renta deducidos de los cheques de pago regulares y enviados al gobierno por sus empleadores.
"Estados Unidos recauda menos ingresos fiscales como porcentaje [del PIB] que en la mayoría de los puntos de la historia reciente, en parte porque los impuestos adeudados pero no cobrados son muy importantes", escribió Natasha Sarin del Departamento del Tesoro en el informe.
"Estos impuestos no pagados significan que los legisladores deben elegir entre un aumento del déficit, un menor gasto en prioridades importantes o un mayor aumento de impuestos para compensar la pérdida de ingresos, que solo serán soportados por los contribuyentes que cumplen", escribió.
Las autoridades han estado al tanto de la evasión fiscal por parte de los contribuyentes estadounidenses más ricos, pero los esfuerzos legislativos para corregir el problema casi siempre han fracasado.
El presidente Joe Biden, como parte de sus planes para impulsar la economía con nuevos gastos para expandir la red de seguridad social del país, está pidiendo impuestos más altos para las corporaciones y las personas que ganan más de 400.000 de dólares al año. Quizás lo más importante es que quiere una dotación de personal reforzada para la aplicación de impuestos en el Servicio de Impuestos Internos, la agencia recaudadora del país.
Pero algunos legisladores, especialmente los republicanos, hasta ahora se han negado a aumentar el personal de la agencia tributaria. El Congreso está debatiendo la propuesta de red de seguridad social de 3.500 millones de dólares de Biden, además de una legislación separada por 1.000 millones en gastos de infraestructura.
El destino de las propuestas, hasta ahora, es incierto.
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