CIUDAD DE MÉXICO-Las autoridades mexicanas llegaron a un acuerdo con miles de migrantes, en su mayoría haitianos, que ocupaban las inmediaciones del Puente Internacional de Acuña-Del Río, en el estado fronterizo de Coahuila, y lograron desalojar el lugar.
El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, dijo que hasta 30.000 migrantes se concentraron en Del Río en las últimas dos semanas.
Muchos de los migrantes quedaron en Estados Unidos, mientras otros fueron expulsados en vuelos de deportación o regresaron a México.
El parque Braulio Fernández, colindante con el río Bravo que separa a México y Estados Unidos, quedó vacío el viernes y las autoridades de la localidad habilitaron un salón de fiestas como albergue provisional con mejores condiciones sanitarias.
También existe el compromiso de que habrá permanentemente una oficina de la Comisión de Refugiados para dar seguimiento a las solicitudes de asilo en EE. UU., después que personal de las agencias para refugiados de México (COMAR) y Naciones Unidas (ACNUR) se presentaron para atender a los migrantes.
El sábado, después de ocho días, se reabrió el puente internacional entre Coahuila y Texas para permitir la reanudación de las actividades regulares de manera paulatina.
Un migrante hondureño lamentó la lentitud en los trámites y las pocas oportunidades de empleo.
“No nos dan asilo ni nada. Fuimos a comer y me dijeron que me tenía que esperar hasta enero para arreglarme los papeles (…) ellos no nos están ayudando como tienen que ayudarnos con los papeles, sino que nos ponen un montón de tiempo para arreglar los papeles y en ese tiempo ¿qué vamos a hacer sin trabajar, si no podemos hacer nada, y si nos dan trabajo nos quieren pagar lo que ellos quieren?”.
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El presidente Andrés Manuel López Obrador demandó la intervención de organismos internacionales para resolver la crisis en Haití.
“Hay que hacer algo, y aquí la ONU se está tardando. Es lo mismo. ¿Y dónde están los organismos de defensa de derechos humanos a nivel internacional?, porque no es dar la espalda, voltear para otro lado, hay que atender los problemas, eso es lo que se está proponiendo”, dijo López Obrador.
El presidente consideró que más que recursos del gobierno de Estados Unidos para mantener a los migrantes en territorio nacional es necesaria una solución de fondo, porque la alternativa es convertir a México en un campamento.
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