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Buscan soluciones naturales a la amenaza de las inundaciones


Foto tomada el 2 de septiembre del 2021 de las inundaciones causadas por el huracán Ida en la ciudad de Nueva York, EE. UU.
Foto tomada el 2 de septiembre del 2021 de las inundaciones causadas por el huracán Ida en la ciudad de Nueva York, EE. UU.

La iniciativa busca enfrentar las consecuencias del cambio climático con medidas de corte natural.

El Cuerpo de Ingenieros del Ejército Estadounidense es conocido por construir represas y diques a fin de proteger poblaciones de ríos desbordados o aguas crecidas. Pero una nueva iniciativa busca maneras de enfrentar inundaciones de manera natural, en momentos en que el cambio climático está provocando catástrofes que podrían abrumar las capacidades de estructuras de metal.

Es sumamente lógico usar la misma naturaleza para proteger al planeta de los fenómenos que ella misma causa, como las inundaciones en el centro de Estados Unidos o las inundaciones y altas mareas de las costas, declara Todd Bridges, director de la iniciativa “Engineering with Nature” (“Ingeniería Natural”) del Cuerpo de Ingenieros.

El plan tiene incluso su fundamento legal. En la Ley de Recursos de Agua del 2020, el Congreso instruyó al Cuerpo de Ingenieros a considerar alternativas naturales junto con otras más tradicionales para lidiar con los desastres. Y por primera vez la iniciativa contó con fondos públicos: 12,5 millones de dólares.

Sin embargo, el Cuerpo de Ingenieros suele estar limitado por su propia normativa y por la manera en que se calculan sus costos y beneficios.

“El Cuerpo de Ingenieros está lleno de gente acostumbrada a hacer las cosas de cierta manera”, comentó Jimmy Hague, experto en temas de agua del grupo ambientalista Nature Conservancy. “Estamos examinando ahorita algunos proyectos y es obvio que no lo dan mucha importancia a las alternativas naturales”.

En Missouri, el Cuerpo de Ingenieros recientemente completó la reparación de un dique en el Río Missouri, luego de daños causados por inundaciones en el 2019. Pero en vez de simplemente reparar la estructura, construyeron una extensión de 8 kilómetros (5 millas) río abajo, protegiendo una llanura de unas 405 hectáreas (1.000 acres) y creando un hábitat para especies amenazadas.

Dave Crane, coordinador de la fase ambiental del proyecto, recalcó que hacer el proyecto realidad no será fácil. El Cuerpo de Ingenieros está obligado a reparar diques al menor costo posible, y puede construir nuevos diques solo si el original está dañado de manera irreparable.

El Cuerpo de Ingenieros además siempre trata de reparar diques lo más pronto posible, antes de que venga la próxima inundación, y la tarea requiere mucho tiempo para planificar y para obtener terrenos. En un proyecto reciente, el Cuerpo tuvo que adquirir tierras agrícolas por millones de dólares. Con ayuda de la Nature Conservancy y de la comunidad local, el Cuerpo pudo construir la infraestructura, pero ello no siempre se puede.

Bridges espera que un nuevo manual para hallar soluciones naturales a las crecidas de aguas -- un proyecto de unas 1.000 páginas que comenzó cinco años atrás -- llevará al Cuerpo de Ingenieros a tomarse más en serio las alternativas naturales. El manual fue elaborado con la colaboración de Holanda y del Reino Unido, entre otros.

Lo cierto es que la iniciativa está teniendo más importancia que nunca. Apenas en los últimos cinco años, los desastres naturales en Estados Unidos han causado daños por el orden de 630.000 millones de dólares, según Richard Spinrad, director de la Administración Nacional de Estudios Oceánicos y Atmosféricos.

“La clave es cómo evaluar las ventajas que tienen las soluciones al natural”, expresó Bridges. Calcular su valor monetario es el primer paso. Pero Bridges desearía que el Cuerpo de Ingenieros tome en cuenta beneficios sociales y ambientales que no son fáciles de cuantificar.

Por ejemplo, expresó, proteger un río o lago abriría un hábitat para la vida silvestre, un lugar de recreación para personas aficionadas a nadar, pescar o navegar, y agua y aire más limpios. Y mientras un dique de concreto eventualmente se rompe y debe ser reemplazado, una zona natural tiende a crecer y regenerarse.

“Florida tiene 500.000 acres (202.300 hectáreas) de manglares que nos ahorran millones de dólares al reducir el riesgo de inundaciones. ¿Cómo mantener eso, o ampliarlo, a largo plazo?”

El Cuerpo de Ingenieros tiene otras normas, aparte de los cálculos de sus beneficios, que complican la búsqueda de soluciones.

En Port Fourchon, Luisiana, las autoridades desean usar la tierra removida durante una obra de construcción para reparar un pantanal local. Pero el Cuerpo de Ingenieros desea desechar esa misma tierra en el Golfo de México, aseveró Chett Chiasson, director ejecutivo de esa instalación portuaria.

Ello se debe a que el dinero para ese proyecto viene de un fondo particular que obliga al Cuerpo a deshacerse tierras excedentes de la manera más económica posible, independientemente de si hay otro proyecto al mismo tiempo, explicó Chiasson.

“El dinero está dividido en columnas totalmente independientes y no pueden combinar esas columnas de una manera más lógica”, añadió.

En el norte de California, cerca de Sacramento, el Cuerpo de Ingenieros construyó el Desvío de Aguas Yolo hace ya casi un siglo, a fin de desviar aguas que pudieran ocasionar inundaciones. Las 24.000 hectáreas (59.000 acres) de ese proyecto sirven al mismo tiempo como hábitat para especies animales, especialmente peces fluviales.

Rick Johnson, director ejecutivo de la Agencia contra Inundaciones de Sacramento, desea realizarle reparaciones al desvío y al mismo tiempo ampliar el hábitat natural. Pero el Cuerpo de Ingenieros no es el dueño de esas tierras, y sus reglas le obligan a ser dueño de las tierras donde quiera realizar obras de restauración de ecosistemas.

“Estamos en una posición hoy en día en que es difícil construir infraestructuras nuevas, por lo que tenemos que aprovechar las infraestructuras existentes”, señaló Johnson. “Y tenemos que evaluar la situación desde un punto de vista multidisciplinario”.

Hay muy pocos estudios sobre los beneficios económicos de soluciones naturales antiinundaciones, pero un examen del 2016 estimó que la ampliación de pantanales en los estados del noreste de Estados Unidos le ahorró al público 625 millones de dólares en daños potenciales tras la tormenta Sandy. Las zonas que tenían pantanales de prevención sufrieron 10% menos daños que las zonas que no las tenían, según el estudio de la Universidad de California en Santa Cruz, la Nature Conservancy y la Wildlife Conservation Society.

Expertos del Cuerpo de Ingenieros en Vicksburg, Mississippi, están tratando de hacer un ensayo para calcular los beneficios monetarios de construir desvíos de aguas. En un enorme tanque, 246.000 litros (65.000 galones) de agua simulan una crecida bajo la cual tuberías simulan el funcionamiento de las raíces de las plantas en un pantanal.

En Luisiana, la Administración de Protección Costera ha invertido miles de millones de dólares en la restauración de pantanales y de barreras marítimas a fin de proteger mejor al territorio tras el impacto del huracán Katrina. El huracán Ida de hace dos meses puso a prueba el sistema, cuya evaluación está en curso.

Los sistemas naturales no están tratando de recrear un ecosistema desaparecido, sino de restaurar las funciones de un ecosistema ya existente. Y tampoco se trata de reemplazar totalmente las estructuras artificiales, enfatizó Bridges, notando que un sistema artificial, por ejemplo un dique, puede combinar fuerzas con un pantanal o con una barrera marítima para ofrecer varios niveles de protección.

“Tenemos que reconsiderar cuál es la definición de infraestructura”, comentó. “El manejo de inundaciones es un asunto sumamente serio, hay gente que pierde la vida en inundaciones”.

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