Bielorrusia está implicada en una campaña híbrida de piratería cibernética y desinformación contra miembros de la OTAN en Europa del este desde 2016, con el fin de sembrar discordia en la alianza, robar información confidencial y espiar a los disidentes, afirman investigadores en ciberseguridad.
El informe de la prominente firma de estadounidense Mandiant, divulgado el martes, parece implicar por primera vez a Bielorrusia en la campaña conocida como Ghostwriter (autor fantasma).
Países de la Unión Europea han dicho que sospechaban de la participación de Rusia, aliado estrecho de Bielorrusia, y Polonia ha acusado directamente a Moscú de interceptar correos electrónicos de funcionarios y filtrarlos online.
Mandiant dijo que tenía pruebas contundentes de la participación de Bielorrusia en esas actividades, cuyos blancos incluyen legisladores alemanes, pero no pruebas directas de la participación rusa, aunque ello no la descarta y atribuir ciber operaciones puede ser difícil.
El gobierno de Bielorrusia no respondió de inmediato a un pedido de declaraciones. Un funcionario de prensa en la embajada rusa en Washington no quiso hacer declaraciones sobre la presunta participación de Rusia en Ghostwriter. Los funcionarios rusos rechazan rutinariamente las acusaciones de piratería cibernética y desinformación.
Mandiant es una de las empresas de investigación cibernética más cuidadosas y respetadas. Colabora estrechamente con las policías y agencias de inteligencia occidentales y ha estado rastreando la actividad de Ghostwriter, sobre la que emite periódicamente informes actualizados.
Su director de análisis de ciberespionaje, Ben Read, no quiso entrar en detalles acerca de por qué Mandiant tiene tanta certeza de que el gobierno bielorruso asistió técnicamente a los piratas y por qué dice que probablemente están radicados en Minsk, la capital del país.
Se limitó a decir que dejaron huellas digitales y que otras fuentes corroboraron las conclusiones de Mandiant. Tampoco explicó por qué los investigadores creen que las fuerzas armadas bielorrusas también están implicadas con los hackers para proteger sus fuentes y métodos.
Los blancos principales de la campaña han sido Polonia, Lituania y Letonia, miembros de la OTAN en la tensa frontera oriental de la alianza, así como Ucrania, que mantiene un conflicto militar de bajo nivel con separatistas respaldados por Rusia desde 2014.
También atacaron a medios de prensa y opositores políticos del autócrata bielorruso Aleksander Lukashenko, un estrecho aliado de Moscú, antes de la elección de 2020.
Se le acusa de haber amañado su reelección, lo que provocó enormes protestas callejeras reprimidas violentamente por las fuerzas de seguridad. Algunos de los opositores fueron arrestados, dijo Mandiant.
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