Mientras el Gobierno venezolano anuncia que la producción petrolera del país alcanzó un millón de barriles por día, expertos y recientes informes independientes que monitorean las operaciones de petróleo a nivel mundial aseguran que la realidad es muy diferente.
Si bien ha habido un repunte en la producción, no es del monto que se necesitaría para llegar a la cifra anunciada por el presidente Nicolás Maduro a finales del mes de diciembre de un millón de barriles por día.
“Es difícil aceptar esa cifra. Eso explicaría que en cuatro meses la producción aumentó en 400.000 barriles por día, y eso es muy, muy difícil porque en toda la historia de Venezuela, el año en que más aumentó la producción petrolera, llegó a algo más de 190.000 barriles diarios. El aumento en 1998, en plena apertura petrolera, con el máximo de inversión. Pero en este momento, prácticamente no hay inversión”, aseguró José Toro Hardy, exdirector de PDVSA en entrevista con la Voz de América.
Hasta diciembre de 2021, el indicador de taladros de perforación de petróleo activos en el mundo, que monitorea la compañía de servicios de petróleo Baker Hughes, no reportaba ninguno funcionando en Venezuela. No obstante, PDVSA suele disputar este indicador porque considera que no incluye los equipos de la compañía y el mantenimiento hecho a algunos pozos que estaban paralizados.
“Esos pozos son relativamente económicos de reparar y eso puede representar un aumento; pero no de 400.000 barriles en cuatro meses”, explica Toro Hardy.
Según expertos, otro punto que pudiera estar jugando a favor del estado de recuperación de la industria del cual se enorgullece Miraflores, es la importación de diluyentes de Irán para procesar el petróleo pesado, lo que también podría estar contribuyendo a mejorar la producción de crudo.
“En este momento se están importando condensados y naftas de Irán, pasando por alto las sanciones que existen. Es posible que con esto la producción haya aumentado. Yo estimo que podría estar entre 800 y 820.000 barriles por día y esas cifras coinciden, más o menos, con lo que nos dice la OPEP”, asegura el exdirector de PDVSA, Toro Hardy.
Ochocientos mil barriles o un millón como dice el mandatario venezolano, si bien marcan un repunte, son aún números lejanos de los históricos de producción de Venezuela.
Analistas del sector, apuntan a que los altos precios actuales y la puesta en práctica de mecanismos varios para evadir las sanciones de Estados Unidos, han permitido a Caracas comercializar su crudo con un poco más de comodidad, lo que ha dado un respiro a una economía herida tras el desplome de su fuente de ingreso más importante.
“En el caso de Venezuela, yo diría, es realmente uno de los países que puede reaccionar más fuertemente, quizá no tanto como Arabia Saudita, pero la capacidad de producción con costos relativamente bajos es muy, muy fuerte, y en ese sentido el gobierno tendría que ser muy oportuno en cuanto a la compensación a la inversión en petróleo”, dijo en entrevista con la Voz de América Claudio Loser, exdirector del Fondo Monetario Internacional para América Latina.
De acuerdo con expertos, aunque las sanciones de Estados Unidos restringen la comercialización del petróleo venezolano, mientras el precio del barril esté caro y exista alguna garantía atractiva de retorno de inversión, siempre habrá interesados.
“Cuando el precio es alto, claramente van a ver muchos interesados y muchas oportunidades para Venezuela, siempre que sepa aprovecharlo”, asegura Loser.
En palabras del presidente de Venezuela, las inversiones que se han hecho recientemente en la industria han sido con dinero del estado venezolano; sin embargo, expertos estiman que aún no es suficiente para confiar en un aumento sostenido y, mucho menos, seguro a largo plazo.
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