Un informe conjunto de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos alerta que los últimos ocho años fueron los más cálidos desde que existen datos de registro. El 2021 fue el sexto año más cálido desde 1880, superado por 2015, 2016, 2017, 2018, 2019 y 2020.
“Lo que sabemos es que el año pasado, de todo el registro que tiene NASA, que cuenta desde 1880 de forma simultánea y consistente, este es el sexto año más caliente. Pero no solo eso, sino que los últimos ocho han sido los más calientes”, explicaba Alfonso Delgado Bonal, científico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, en declaraciones a la Voz de América.
“Una tendencia preocupante”
Según el experto lo más preocupante es la “tendencia” que revela este documento alertando de la situación límite que vive el planeta Tierra en cuanto al calentamiento global.
“No nos importa que sea el sexto o el segundo más cálido, sino la tendencia. Y la tendencia es que en los últimos ocho años han sido los más calientes. Y estamos hablando de un registro de más de 140 años”, explicó.
El texto científico señala que la temperatura de la Tierra (incluyendo la superficie terrestre y la oceánica) registró 0,85 grados Celsius por encima de la media del siglo pasado. Con estos datos, dicen los expertos de ambas agencias federales, se puede afirmar que 2021 fue el cuadragésimo quinto año consecutivo con temperaturas superiores a la media del siglo XX.
“NASA utiliza unos datos y tiene una media establecida para medir y NOAA tiene otros datos y otra media diferente. Las dos agencias coinciden en prácticamente los mismos valores”, expuso Delgado a la VOA.
¿Por qué esa tendencia en la última década?
¿Qué es lo que ha pasado en esta última década para explicar esos datos tan alarmantes sobre el calentamiento global? Alfonso Delgado aclara que esto no tiene nada que ver con una tendencia de unos pocos años, sino de “un proceso acumulativo” que ha desencadenado en esta crisis climática.
“En 1988 la NASA dijo que el cambio climático era una realidad y 1988 fue el año más caluroso de todo el registro que se tenía. Ahora estamos en 2022 y cada año volvemos a decir lo mismo”, dijo e insistió en que hay que fijarse en la “tendencia” que se viene dando desde hace muchos años y que este “es un círculo vicioso que va a continuar así”.
El informe de la NASA y la NOAA ha de servir para entender también “el sistema global y hacer mejores modelos y predicciones” para al futuro, con el objetivo de ver de qué manera puede impactar el cambio climático en la sociedad.
“El informe sirve para que todo el mundo, la opinión pública, los políticos, la gente que se encarga de tomar las medidas, etc., estén al tanto de lo que está ocurriendo y de los números reales que hay sobre la mesa”, decía el científico, que trabaja en la NASA desde hace 4 años.
Planes conjuntos para frenar el cambio climático
Bonal, quien se licenció en la Universidad de Salamanca de Física Teórica, ha completado dos maestrías de Astrofísica y tiene un doctorado de Astrobiología, alerta de la necesidad de poner en marcha políticas medioambientales que puedan frenar de alguna manera esta tendencia tan alarmante.
“Si las acciones no cambian, esperar que cambie por sí sola evidentemente no va a ocurrir. Se necesita una acción coordinada y global de gran impacto”, recalcaba, poniendo de manifiesto que no sirve de nada que haya un país que imponga medidas para cuidar el medio ambiente si hay otras naciones que no lo están haciendo.
El aumento de las zonas desérticas por las altas temperaturas, las inundaciones o el incremento de los huracanes, cada vez más fuertes, son algunos fenómenos que explicarían el cambio climático que se está experimentando en el planeta Tierra, agregó.
¿Qué se ha hecho hasta ahora?
El Protocolo de Kioto, pensado para controlar los gases de efecto invernadero, o el Acuerdo de París, al que recientemente Estados Unidos se unió de nuevo, son algunas políticas en pro del medio ambiente que se han ejecutado para trazar un plan a largo plazo sobre esta cuestión.
“Los políticos tienen que seguir trabajando en esto. Ahora ya creo que existe por fin una conciencia global de que esto es un problema de todos y de nada sirven las acciones individuales, porque hay que estar todos en la misma dirección”, dijo Bonal al respecto, y repitiendo la idea de “que si un país hace algo y el otro país hace justamente lo contrario, el efecto neto va a ser nulo”.
La situación en América Latina
En América Latina y el Caribe hay un gran vacío sobre las políticas medioambientales para frenar el cambio climático. “Muchos países pensaban que eso no les afectaba porque veían que el calentamiento se daba más en el hemisferio norte que en el sur”, explicó Bonal.
“Lo que pasa ahora es que esos países que hace 20 años no notaban ningún cambio, ahora están empezando a notar cómo sus sequías abarcan más espacios, como hay más lluvias torrenciales que destrozan la infraestructura y ponen en peligro, incluso, las vidas humanas”, añadió.
También en cuanto a la subida del nivel del mar, algo que también está afectando a los países de la región sur del continente americano.
“La gente piensa que dos centímetros (de aumento del nivel del mar) no es nada, pero un centímetro puede causar la pérdida de muchísima infraestructura, de muchísimas pérdidas humanas y de muchísimos cambios en la vida diaria para nosotros para la fauna y la flora”, dijo.
Por eso, remarcaba que las administraciones públicas deben liderar estas políticas medioambientales para suavizar el impacto que puede causar el aumento de las temperaturas en todo el planeta.
“Ya sea por infraestructura, ya sea por vidas humanas, ya sea por el impacto socioeconómico o por las migraciones. Al final el impacto es de todos y el problema es de todos, por lo que todos debemos ponernos aquí a intentar solucionarlo”, defendía.
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