Mientras el gobierno de Daniel Ortega ha dado su apoyo incondicional a Rusia en la invasión de Ucrania, el cardenal de Nicaragua y líder de la Iglesia católica en el país, Leopoldo José Brenes, testigo de los conflictos armados en la década de los 1980 en Nicaragua, condenó lo que considera el inicio de una guerra.
Brenes recordó que vivió “de manera personal” la guerra de 1979 en Nicaragua, que llevó al derrocamiento del dictador Anastasio Somoza Debayle, así como los remanentes del conflicto armado entre los “Contra” y el Gobierno sandinista entre 1980 y 1990.
“Por esa guerra, verdaderamente fuera de la parte humana, los que piensan en la guerra es que a lo mejor no han experimentado el dolor. Así que nos unimos al santo padre que está sufriendo mucho por esta guerra, que el venía orando, orando que no se realizara, pero a veces no se escucha muy bien la voz de la Iglesia”, dijo Brenes.
La semana pasada, el presidente Daniel Ortega, quien volvió al poder en 2007 tras ser jefe de Estado en los 1980, dio su apoyo a su par ruso Vladimir Putin cuando este reconoció a los territorios de Donetsk y Luhansk como repúblicas independientes, antes de ordenar el ataque contra Ucrania.
También el obispo de la diócesis de Estelí, monseñor Rolando Álvarez, se unió a las voces de los líderes católicos que han condenado la invasión rusa a Ucrania.
“¿Acaso no queremos que Ucrania viva en paz? ¿que cese la invasión rusa? ¿que se termine la guerra? El papa Francisco ha afirmado que Jesús nos enseñó que a la insensatez diabólica de la violencia se responde con las armas de Dios, la oración y el ayuno”, expresó Álvarez.
Los líderes católicos también han condenado la acciones del gobierno de Nicaragua contra la oposición y la sociedad civil, lo que les ha costado una seria enemistad con el gobierno de Ortega.
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