Mientras el tren desde Lvov cruza la frontera de Polonia, los niños se agolpan en las ventanas con su curiosidad apenas afectada por los horrores que dejaron atrás. Junto a ellos, abarrotando los vagones, sus madres y sus abuelas lucen aturdidos, aterrorizados y agotados.
Cuando los trenes llegan a Przemyśl, equipos de guardias polacos y voluntarios los ayudan en la plataforma. Son los nuevos refugiados en Europa.
Hay solo mujeres y niños. Detrás dejaron a sus esposos, sus padres y sus hijos. Los hombres tienen que quedarse a luchar, y la agonía de la separación está visible en cada rostro.
Sus vidas destrozadas se han reducido a una maleta llena de ropa y algunos recuerdos, lanzados en el equipaje con premura en los últimos momentos de la huida. Las mascotas familiares están con ellas: los gatos en jaulas de plástico y los perros en correas.
Desde Przemyśl, los refugiados pueden cambiar de trenes para viajar por Polonia o más allá. Gratis. Decenas de países han ofrecido pasajes sin costo a los ucranianos que huyen de la guerra. La Unión Europea les dio el derecho de vivir y trabajar dentro del bloque por tres años.
Anastasia, quien no quiso dar su apellido, huyó de su casa en Kiev con sus hijos, una hembra y un varón. La familia espera llegar hasta Lituania.
"Seguiremos, superaremos esto”, dijo conteniendo las lágrimas. “Confío en que todo saldrá bien y que nuestra Ucrania ganará. Quiero regresar, quiero volver a mi casa”
Como ella, cada familia tiene una historia familiar de pérdida y temor.
Más de un millón de refugiados
Más de un millón de ucranianos han huido de su país en la primera semana de la invasión de Rusia, de acuerdo con Naciones Unidas. De ellos, 500.000 han cruzado a Polonia, y otro millón está desplazado dentro de Ucrania.
La Unión Europea calcula que hasta 7 millones de ucranianos podrían huir en las próximas semanas.
En Polonia existía ya una gran población de migrantes ucranianos y muchos de los actuales refugiados podrán quedarse con familiares y amigos, lo que alivia la presión en las autoridades. Otros son colocados en albergues establecidos en escuelas, hoteles y almacenes.
Miles de personas de otras nacionalidades están huyendo de Ucrania también. Kaleb Poitier, oriundo de Brazzaville, en la República del Congo, estaba estudiando ingeniería eléctrica en Odesa y huyó con su novia ucraniana cuando comenzaron los ataques rusos.
"Por una semana dormimos en la frontera antes de llegar hasta aquí”, dijo Poitier a la Voz de América. “Ahora estamos bien y puedo decir que en Polonia hemos sido bien recibidos hasta ahora. Estamos esperando un autobús para llegar hasta el otro lado (de Europa), a otros países, quizás iremos a Francia”.
Voluntarios de decenas de países ha ido hasta la frontera polaca para ayudar, ofrecer comida, ropas y albergue. Muchos anuncian en carteles escritos en cartón que pueden trasladar a los refugiados en sus autos por Europa.
Cientos de miles de ucranianos también están huyendo en sus vehículos o a pie, arrastrando sus pocas pertenencias a través del cruce fronterizo en el poblado polaco de Medyka.
Pero no es un tráfico de una sola vía. Muchos regresan a Ucrania para luchar. La VOA conversó con tres exsoldados que se preparaban para regresar desde Polonia a combatir al ejército ruso.
"Es una reacción normal”, dijo uno de ellos que dijo llamarse Víctor. “Derrotaremos a Putin y todo estará bien. Enviaremos a los tanques y los vehículos blindados rusos directamente al infierno”.
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