Ante la grave crisis económica que afecta a gran parte de la población a nivel mundial, muchos gobiernos de países de Latinoamérica han optado por dar un alivio temporal a sus habitantes por medio de una serie de subsidios. Sin embargo la perspectiva del Banco Mundial (BM) en cuanto a que el alivio pueda ser sostenible no es alentadora.
Ese el caso de Guatemala, donde el Congreso aprobó en días recientes dos iniciativas que buscan aliviar el bolsillo de los guatemaltecos al subsidiar el precio del gas propano y los combustibles por tres meses.
El Gobierno de ese país estima que para el subsidio del combustible necesitará desembolsar unos 745 millones de quetzales (unos 97 millones de dólares).
De acuerdo con Luis Ayala, viceministro de Energía y Minas, la idea es que los importadores trasladen al consumidor el apoyo de 5 quetzales menos (0,65 centavos de dólar) por el galón del diésel y 2,5 quetzales (0,33 centavos de dólar) por la gasolina regular, independientemente del precio del mercado.
“Luego nos corresponde a los demás entes del Estado velar por que ese apoyo social temporal llegue al guatemalteco”, explicó al hacer referencia al control y fiscalización de precios.
Aceptación desigual
El subsidio ha causado aceptación y rechazo en diferentes sectores de la población, según pudo constatar Voz de América.
Gilberto Rosales, consumidor de combustible, dijo a la VOA que si bien es cierto que la medida ayudará, no cubre todos los tipos de combustible, como es el caso de la gasolina súper o premium. “Entonces, ahí nos afectaría”, explicó.
En cuanto al subsidio al gas propano, Carlos Vásquez, portavoz de la Dirección de Asistencia al Consumidor afirmó que realizarán “monitoreo y vigilancia” en el mercado para garantizar se aplique la regulación durante la venta de los cilindros de 10 a 35 libras.
Ambas leyes funcionarán por tres meses con la esperanza de que en ese tiempo cese el conflicto entre Ucrania y Rusia y se estabilice la economía mundial.
Sin embargo la perspectiva del Banco Mundial en cuanto a que el alivio pueda ser sostenible es muy diferente.
Según un informe del organismo, los gobiernos han recurrido a los subsidios para atenuar el impacto en los hogares, producidos por la inflación, sin embargo mientras que en algunos casos “los subsidios pueden ser un instrumento de transición eficaz para aliviar los efectos de las crisis”, en otros traen “consecuencias adversas”.
Sobre todo cuando se dejan por durante demasiado tiempo, explica el documento. “Los subsidios pueden menoscabar rápidamente el gasto en infraestructura, salud y educación”, cita.
El BM recomienda a los responsables de formular políticas usar aquellas que estén enfocadas en el “bienestar social para proteger a los más pobres del alza de los precios”, como las transferencias monetarias, alimentos y transferencias en especie; programas de alimentación escolar, y programas de obras públicas, entre otras.
* Con información de Eugenia Sagastume desde Guatemala.
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