La supervivencia en las cárceles de Ecuador es el motor que mueve a los reclusos todos los días, ya que depende de los recursos que tengan para pagar a quienes les venden protección dentro de los centros de detención.
Esta es una de las revelaciones del informe presentado por la Comisión de Pacificación designada por el presidente Guillermo Lasso para mejorar las condiciones en las cárceles del país.
La Comisión de Pacificación lleva cuatro meses en funciones, está trabajando dentro de los centros, escuchando los testimonios y observando el movimiento interno de los procedimientos.
Sus miembros señalan lo que se sospechaba de la corrupción, que incluye a personal de seguridad de los mismo centros, policías, militares y los propios reclusos.
Nelsa Curvelo, presidenta de la comisión, señaló como ejemplo las armas en los penales: “Están ligadas a quienes las dejan entrar, porque las armas no tienen patitas, alguien las lleva. Nosotros hemos visto armas dentro de la cárcel (…) y nos dicen que hay más armas ahora adentro que antes”.
Los integrantes afirmaron que no tienen pruebas para acusar a personas en particular, pero calculan que al menos el 10 % de quienes laboran en el sistema carcelario serían corruptos e incluso recibirían pagos mensuales de las bandas, reportó el diario El Universal.
Curbelo dijo que las cárceles de Ecuador no son centros de rehabilitación, sino más bien almacenes de castigos y “escuelas de tácticas delincuenciales”.
Los miembros de la comisión señalaron la necesidad de apartar de los penales a los sujetos que están en complicidad con los reclusos para introducir armas, celulares, drogas.
“¿Qué hemos hecho? Alertar para que las autoridades pertinentes inicien los procesos necesarios”, dijo Alfredo Narváez.
Otra recomendación es dar servicios que dignifiquen a los reclusos.
“Ya es momento de empezar a mediar con procesos como tratamientos, salud pública, trabajo, y este tipo de cosas que son sumamente importantes”, expresó Luis Barros.
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