El presidente chino, Xi Jinping, conmemoró este viernes el 25 aniversario del traspaso de Hong Kong de Gran Bretaña a China insistiendo que su visión de “un país, dos sistemas” es un buen modelo y no hay motivos para cambiarlo, a pesar de las críticas sobre la erosión de las libertades en el territorio.
Xi dijo que el acuerdo que prometió a Hong Kong tener sus propias leyes y gobiernos por 50 años a partir de la devolución en 1997 sigue siendo un buen sistema y “debe mantenerse por mucho tiempo”.
Sin embargo, señaló que Beijing tiene una “jurisdicción integral” sobre Hong Kong y que Hong Kong debe respetar el liderazgo chino a pesar de que, al igual que Macao, mantenga su sistema capitalista y un cierto grado de autonomía.
Xi elogió a la ciudad por haber superado “los violentos disturbios sociales” (de 2019) y advirtió que no habrá tolerancia para la interferencia extranjera o los traidores que quieran inmiscuirse en los asuntos internos de Hong Kong.
China salió al paso del masivo movimiento prodemocracia que demandaba más independencia para Hong Kong en 2019, persiguiendo a los disidentes y a los medios de prensa independientes, para imponer controles más estrictos en línea con el Partido Comunista en Beijing.
Desde que Beijing impuso en 2020 una ley de seguridad nacional, la oposición ha sido aplastada y la mayoría de las figuras prodemocracia han abandonado la ciudad, quedaron marginadas del poder o fueron encarceladas.
La mayor prioridad, dijo Xi, es “salvaguardar la soberanía nacional, la seguridad y los intereses del desarrollo”.
“Nadie en ningún país o una región del mundo permitiría que naciones extranjeras o fuerzas o figuras traidoras tomaran el poder”, declaró y añadió que solo con patriotas en el gobierno de Hong Kong se puede asegurar una estabilidad de largo plazo.
La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Adrienne Watson, dijo en un comunicado que el desmantelamiento de las instituciones democráticas de Hong Kong y las presiones a su sistema judicial, los mayores controles a los académicos y la disolución de grupos de las sociedad civil y medios de prensa “han minado las libertades fundamentales para preservar la estabilidad global”.
Señaló que las políticas de China para Hong Kong, entre ellas la implementación de la ley de seguridad nacional, han “sacudido las instituciones, las reglas y los sistemas que eran la base de la confianza internacional en Hong Kong”.
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