La Policía Nacional de Nicaragua, controlada por el presidente Daniel Ortega, canceló una masiva procesión organizada por la Iglesia Católica que estaba programada para el 13 de agosto en ocasión al denominado “Congreso Mariano”, que culmina con el recorrido de la imagen de Nuestra Señora de Fátima en Managua.
La Policía argumentó la cancelación por supuestos “motivos de seguridad interna”, según informó la Arquidiócesis de Managua, que pidió a los creyentes católicos que en lugar de la peregrinación, llegaran a la Catedral en Managua ese día “para rezar por la Iglesia y por Nicaragua”.
La cancelación de la procesión de la Virgen es un hecho sin precedentes en Nicaragua en los últimos 30 años.
Ortega y su esposa, Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua, han arreciado la persecución contra la Iglesia durante los últimos dos meses, y acusan a los sacerdotes de intentar darles un golpe de Estado en 2018.
Dos sacerdotes han sido arrestados y el gobierno lleva a cabo investigaciones contra otros que critican la gestión de Ortega.
Murillo en sus intervenciones diarias en los medios se refiere a los sacerdotes como "falsos" y "manipuladores".
Suspensión de otras actividades religiosas
La pareja en el poder también ha anulado en los últimos dos meses 11 radioemisoras locales y cinco canales de televisión por cable, la mayoría pertenecientes a la Iglesia católica.
“Nos han cerrado todas nuestras radios, pero la palabra de Dios, no la callarán”, reaccionó en Twitter monseñor Rolando Álvarez, quien dirigía las emisoras. Luego de ese comentario, la casa cural donde se encuentra fue cercada por policías que hasta este viernes se mantienen bloqueándo la salida.
La Policía también abrió una investigación contra Álvarez por supuestamente “organizar grupos violentos” e “incitarlos a cometer actos de odio”.
Suspensiones de procesiones en todo el país
En otras partes de Nicaragua también se han anunciado restricciones relacionadas con las actividades de la Iglesia. En la parroquia San José de Terrabona, en Matagalpa, el sacerdote Aníbal Manzanares Tinoco dijo al diario La Prensa que la policía le prohibió realizar procesiones y otras actividades fuera del templo.
Según el sacerdote nicaraguense Edwin Román, exiliado en Estados Unidos, en el país ya “no existe libertad religiosa, libertad de expresión, libertad de circulación ni de movilizaciones cívicas”.
“Se vive reprimido”, subrayó Román a la VOA.
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