"¡Hasta pronto mi Nicaragua! Hasta pronto, familia de EFE en Managua. Primero Dios, regresaré. Los llevo en mi corazón", fue el emotivo mensaje con el que el periodista nicaragüense Luis Felipe Palacios anunció su exilio en Facebook, tras compartir un artículo periodístico en donde se informa que el gobierno de Daniel Ortega le negó el ingreso a su propio país.
Palacios, originario de Nicaragua, es corresponsal de la agencia EFE en Managua desde hace más de 16 años, y se encontraba en un viaje de trabajo en Panamá desde hace menos de un mes.
Al intentar retornar en un vuelo de Miami a Managua, se le notificó vía correo electrónico que su entrada al país centroamericano no “había sido autorizada”.
La agencia española de noticias confirmó la negativa del gobierno de Ortega en Twitter y la cuenta EFE Comunicación emitió un breve mensaje en donde expresó que confiaban en que la situación "tenga una pronta solución" y el reportero "puede retomar su trabajo habitual en el país".
Los mensajes de solidaridad se multiplicaron en las redes sociales. La periodista Raquel Godos, de la agencia EFE dijo que su colega "se suma a los más de 120 periodistas exiliados de Nicaragua desde 2018".
"Nicaragua está cerca de ser un punto ciego", escribió Godos en Twitter.
De igual forma la directora del medio digital 100%Noticias, Lucía Pineda Ubau, expresó "un abrazo hacia un gran profesional del periodismo", en referencia a Palacios.
Más ataques contra la prensa internacional
El caso de Palacios no ha sido el único durante este año. A mediados de junio las autoridades nicaragüenses prohibieron el ingreso al país a la periodista Tiffani Roberts, corresponsal de la cadena estadounidense Univisión.
Roberts, quien también tiene nacionalidad estadounidense, pretendía visitar a su familia en la ciudad de Granada, después de casi un año de ausencia, pero también se le prohibió llegar a Managua.
Vilma Núñez, directora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos dijo a la Voz de América que la administración de Ortega está convirtiendo estas prácticas “en rutinas cada vez más frecuentes”.
“Esto no afecta solamente los derechos humanos, sino que crea un sentimiento de inseguridad y terror, además se violan leyes nacionales que garantizan el derecho a la movilidad y libre circulación y en el caso de este periodista el derecho a la libertad de información”, destacó Núñez.
Nicaragua vive una crisis sociopolítica desde el año 2018 tras protestas contra el presidente Daniel Ortega, que dejaron más de 300 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
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Ortega ha tildado las manifestaciones de ese entonces como un intento de golpe de Estado y ha desintegrado organizaciones de la sociedad civil, al tiempo que inició una escalada “represiva” contra medios de comunicación y periodistas que informan de manera independiente, según organizaciones críticas al mandatario.
Desde entonces más de 120 periodistas nicaragüenses han salido al exilio y Ortega ha ordenado el cierre de varias empresas de comunicación como el canal 100%Noticias, el semanario Confidencial, el medio Trinchera de la Noticia, así como el diario La Prensa, con casi un siglo de antigüedad.
El mandatario, quien lleva más de 15 años consecutivos en el poder, ha acusado a la prensa nacional e internacional de mentir sobre la crisis política que se vive en el país y las violaciones a los derechos humanos que cuestionan expertos.
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