La pandemia de COVID-19 ha hecho retroceder los esfuerzos mundiales de control de la malaria, especialmente en África, expone la Organización Mundial de la Salud.
Sin embargo, el Informe mundial sobre paludismo de este año dice que los países pudieron disminuir las interrupciones en la prevención, las pruebas y el tratamiento.
En 2019, antes de que ocurriera la pandemia, hubo 568.000 muertes por paludismo. A pesar de la pandemia y otras emergencias humanitarias, la información de la OMS muestra que la acción concertada de los países ha evitado los peores impactos potenciales de las interrupciones relacionadas con la COVID-19 en los servicios de malaria.
Los funcionarios de la OMS dicen que el mundo ha logrado en gran medida salvar muchos de los avances logrados contra la malaria durante los últimos 20 años.
Abdisalan Noor, jefe de la unidad de Información Estratégica del Programa Mundial contra la Malaria de la OMS, dijo que los casos de malaria aumentaron drásticamente en el primer año de la pandemia. Sin embargo, dijo que la cantidad de casos el año pasado se mantuvo en gran medida igual que en 2020.
"Sin embargo, en general, la pandemia y sus interrupciones relacionadas han llevado a aumentos en la carga de la malaria en los últimos dos años. Estimamos que alrededor de 63.000 muertes y alrededor de 13 millones de casos [fueron] atribuidos a interrupciones durante la pandemia de COVID-19", dijo.
Países africanos en peor situación
La mayoría de las muertes y los casos han ocurrido en la región africana de la OMS, explicó Noor, y agregó que el progreso en el control de la malaria continúa. Por ejemplo, dijo que 11 países con los niveles de malaria más altos del mundo han mantenido en gran medida la línea contra la enfermedad durante la pandemia. Entre ellos se encuentran Burkina Faso, la República Democrática del Congo, India, Malí y Tanzania.
A pesar de los desafíos que plantea la pandemia, Noor dijo que se distribuyeron casi 300 millones de mosquiteros tratados con insecticida a familias susceptibles. Los mosquiteros se consideran la herramienta más importante contra la malaria, y su eficacia cada vez menor es motivo de preocupación.
Noor citó la creciente resistencia a los insecticidas y la disminución de la retención de mosquiteros en los hogares como problemas importantes.
"En particular, debido a la durabilidad física del mosquitero en sí, así como al mantenimiento del mosquitero en el hogar... no estamos obteniendo las ganancias que hubiéramos esperado del ITN [mosquitero tratado con insecticida], lo que esencialmente significa que dado que las campañas masivas han sido cada tres años, tenemos un período considerable entre campañas en el que las personas no están recibiendo una protección efectiva”, dijo.
Los funcionarios de la OMS consideran el revés actual como una falla temporal en el camino hacia la eliminación mundial de la malaria. Explican que las oportunidades clave, como una nueva generación de herramientas de control de la malaria, podrían ayudar a acelerar el progreso hacia este objetivo.
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