El 9 de enero, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, comentó sobre los avisos de viaje emitidos por varios países europeos que advierten contra viajes no esenciales a China en medio de un aumento allí en los casos de COVID-19.
Las infecciones por COVID-19 se han estado extendiendo por China desde que el mes pasado Beijing eliminó abruptamente las pruebas exhaustivas y los bloqueos prolongados en respuesta a las protestas en todo el país.
A medida que el país más poblado del mundo se enfrenta a infecciones y hospitalizaciones cada vez mayores, abundan los informes no oficiales de hospitales y crematorios desbordados.
El 7 de enero, Alemania, Bélgica y Luxemburgo desaconsejaron los viajes no esenciales a China. Más de una docena de países, incluido Estados Unidos, han impuesto requisitos de prueba para los viajeros de China, señalando a Beijin por la falta de datos transparentes de COVID-19 de Beijing.
El lunes 9 de enero, Wang defendió las últimas medidas COVID-19 de Beijing y dijo que la situación está bajo control y “en general, mejorando”.
“China siempre ha compartido información sobre su seguimiento de la mutación del virus y los grupos infectados con la comunidad internacional de manera oportuna, abierta y transparente”, dijo el portavoz.
Eso es engañoso.
Como Polygraph.info confirmó anteriormente, desde el comienzo de la pandemia, los gobiernos occidentales y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han señalado repetidamente a China por retener ciertos datos de COVID-19 y no informar de números de casos ni el número de muertes.
La OMS ha pedido repetidamente a China que comparta datos que puedan ayudar al mundo a comprender el origen de la pandemia que durante tres años se ha cobrado más de 6,7 millones de vidas.
En esta última erupción de nuevos casos de COVID-19 en China a partir de diciembre, la OMS acusó a Beijing de minimizar la gravedad del brote.
El 3 de enero, los principales científicos del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades presentaron datos al Grupo Técnico Asesor sobre Evolución del Virus (TAG-VE, por sus siglas en inglés) de la OMS que mostraban que no se había identificado ninguna nueva variante del coronavirus en China.
Aunque eso podría haber aliviado las preocupaciones de algunos, la OMS expresó una preocupación inequívoca:
"Creemos que las cifras actuales que se publican en China subestiman el verdadero impacto de la enfermedad en términos de ingresos hospitalarios, en términos de ingresos en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), particularmente en términos de muerte", dijo el director de emergencias de la OMS, Mike Ryan, en una sesión informativa el 4 de enero en Ginebra.
“Todavía no tenemos datos completos”, explicó.
Si bien reconoció las "dificultades en todos los países" para registrar esos datos, calificó de "demasiado estrecha" la definición que China otorga a las muertes por COVID-19.
China solo incluye a aquellos que mueren de neumonía o insuficiencia respiratoria en su número de muertos por COVID-19. Wang Guiqiang, jefe de enfermedades infecciosas del Hospital No. 1 de la Universidad de Pekín, confirmó que las muertes de pacientes con enfermedades subyacentes no se cuentan como muertes por COVID-19, informó el mes pasado The Associated Press.
Ese método de conteo difiere del resto del mundo. La OMS especifica que se deben contabilizar las muertes en las que el COVID-19 es una causa contribuyente. La mayoría de los países, incluido Estados Unidos, siguieron la guía de la OMS.
China registró solo 13 muertes oficiales de COVID-19 en diciembre de 2022, a pesar de que las provincias y ciudades de todo el país informaron una gran cantidad de nuevos casos diarios.
Por ejemplo, The New York Times informó que un funcionario de la provincia de Zhejiang estimó el 25 de diciembre que los nuevos casos de COVID-19 habían superado el millón diario.
El 23 de diciembre, un ministro de salud de la ciudad de Qingdao dijo que había alrededor de medio millón de nuevos casos diariamente. Un informe de la comisión de salud de la ciudad de Dongguan estimó entre 250.000 y 300.000 nuevos casos diarios. Las autoridades de la ciudad de Yulin registraron 157.000 infectados el 23 de diciembre.
Mientras tanto, la comisión nacional de salud de China informó solo 4.128 casos de COVID-19 para todo el país el 23 de diciembre.
Una propagación tan rápida de infecciones sugiere un número mucho mayor de muertes, dicen los expertos. También lo hacen numerosos informes de noticias y publicaciones en las redes sociales sobre los crematorios desbordados del país.
Por ejemplo, The Washington Post examinó imágenes satelitales de funerarias en seis ciudades diferentes de China y encontró “un repunte en la actividad”.
“Las imágenes son consistentes con las entrevistas que el Post realizó con residentes chinos de luto y trabajadores de funerarias. Las publicaciones en las redes sociales verificadas por el Post revelan largos tiempos de espera y personal abrumado en instalaciones adicionales. En todas las áreas analizadas, el número oficial de muertes anunciado por las autoridades fue de un solo dígito, si es que se informó”, valora el diario estadounidense.
Una recepcionista de la funeraria le dijo al Post que “nunca ha estado tan ocupado” en los seis años que trabajó allí.
“Los congeladores estaban llenos y los ocho incineradores estaban funcionando las 24 horas del día, los siete días de la semana”, informó el Post, citando a la mujer.
“Las camionetas distintivas comúnmente utilizadas como coches fúnebres se encontraban entre los vehículos identificados en imágenes satelitales y videos verificados por el Post. Las imágenes de largas filas en la noche fuera de las funerarias indican que algunos miembros de la familia han esperado durante la noche para hacer arreglos para sus difuntos”.
El diario The New York Times informó que “también hay indicios de que los funcionarios están presionando a los médicos y crematorios para que eviten clasificar incluso las muertes respiratorias como relacionadas con el virus”.
“Un médico de un hospital privado en Beijing dijo que él y sus colegas encontraron una nota mecanografiada en el escritorio de un hospital en los últimos días instándolos a ‘tratar de no escribir insuficiencia respiratoria causada por Covid’ como la principal causa de muerte. La nota fue compartida con The New York Times.
“El médico dijo que no estaba claro si el mensaje fue generado internamente o enviado por funcionarios del gobierno. Pero han estado circulando advertencias similares en las redes sociales chinas diciéndoles a los médicos que no ‘escriban descuidadamente Covid’ en los certificados de defunción”, apuntó el rotativo.
China informó oficialmente solo 5.241 muertes por COVID-19 en todo el país desde el comienzo de la pandemia hasta el 23 de diciembre de 2022. El 25 de diciembre, la comisión nacional de salud de China anunció que ya no informaría los datos diarios de COVID-19 y que los centros para el control de las enfermedades chinos (CDC) proporcionarán “información relevante sobre la pandemia”. No se dio ninguna explicación sobre la medida.
Sin datos creíbles de COVID-19 de China, los expertos internacionales han tratado de hacer conjeturas informadas sobre el número de muertos por COVID-19 en esa nación, basándose en datos de otros países y regiones.
Varios modeladores han proyectado que habrá más de un millón de muertes por COVID-19 en China en 2023, según The Washington Post.
Por ejemplo, la empresa de análisis Airfinity, con sede en Reino Unido, utilizó un modelo que se basa en gran medida en el ejemplo de Hong Kong. Predijo que habrá 1,7 millones de muertes por COVID-19 en China desde enero hasta finales de abril de este año, y alrededor de 9.000 muertes diarias por COVID-19. La población de China es de 1.450 millones de habitantes.
El Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud con sede en EEUU proyectó que habrá 323.000 muertes por COVID-19 en China para el 1 de abril y “mucho más de 1 millón” durante todo el año. En un escenario sin mandato de distanciamiento social, su modelo proyecta 502.000 muertes por COVID-19 en el país asiático para el 1 de abril.
Los expertos ven el gran subregistro de casos y muertes de COVID-19 en China como parte de los esfuerzos de Beijing para minimizar la gravedad del brote, a medida que el país se mueve para desmantelar abruptamente las principales restricciones bajo su política “cero-COVID” luego de las protestas.
“Ciertamente, China está haciendo sus propios estudios de muestreo, pero simplemente no los comparte”, informó The Associated Press el 6 de enero, citando a Ray Yip, fundador de la oficina de los Centros para el Control de Enfermedades de EEUU en China.
“Continuamos pidiendo a China datos más rápidos, regulares y confiables sobre hospitalizaciones y muertes, así como una secuenciación viral en tiempo real más completa”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la sesión informativa del 4 de enero en Ginebra.
La secuenciación viral consiste en la explicación de cómo se detectan nuevas variantes de un virus.
Desde el comienzo de la pandemia, China ha entregado 4.144 secuencias a GISAID, una plataforma global para compartir datos de coronavirus.
“Eso es solo el 0,04 % de su número de casos informados, una tasa más de 100 veces menor que la de Estados Unidos y casi cuatro veces menor que la de la vecina Mongolia”, informó AP.
Hasta el momento, no se han detectado nuevas variantes en las secuencias compartidas por China.
“Con la circulación tan alta y la falta de datos completos en China, como dije la semana pasada, es comprensible que algunos países estén tomando medidas que creen que protegerán a sus propios ciudadanos”, dijo Tedros en la sesión informativa.
“Los datos siguen siendo esenciales para que la OMS lleve a cabo evaluaciones de riesgo regulares, rápidas y sólidas de la situación mundial”, afirmó.
China ha denunciado los requisitos de prueba impuestos a los viajeros chinos por otros gobiernos como poco científicos y “excesivos”, y ha amenazado con contramedidas.
El 10 de enero, Beijing suspendió la emisión de visas a corto plazo en Corea del Sur y Japón en represalia por las restricciones COVID-19 de esos países para los viajeros.
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