El expresidente Jair Bolsonaro dijo el sábado que tiene intención de volver a Brasil “en las próximas semanas”.
Es la primera vez que Bolsonaro hace una declaración en público sobre su retorno. El político derechista se encuentra en Estados Unidos tras su llegada a Orlando, Florida, el 31 de diciembre, un día antes de que su rival izquierdista Luis Inácio Lula da Silva ascendió a la presidencia.
El evento del sábado en una iglesia evangélica en la Florida fue totalmente en portugués para una multitud brasileña de simpatizantes de Bolsonaro que viven en el extranjero, y fue organizado por el colectivo derechista Yes Brazil USA. El exmandatario fue aclamado durante todo el evento.
El posible regreso de Bolsonaro a Brasil ha suscitado conjeturas en las últimas semanas sobre la fecha en la que lo haría, aunque pesan sobre él diversas investigaciones relacionadas con posibles comportamientos ilegales.
Bolsonaro entró a Estados Unidos con una visa diplomática de un mes que venció el 31 de enero. Lo acompañaban su esposa y un equipo de asesores presidenciales, y todos se marcharon de Florida el mes pasado.
Los abogados de Bolsonaro dijeron en fecha reciente a la prensa brasileña que habían tramitado una visa de turista para que el expresidente extendiera su permanencia en Estados Unidos.
En medio de las conjeturas sobre los planes de Bolsonaro, uno de sus hijos, el senador Flavio Bolsonaro, dijo a la prensa brasileña que desconocía la fecha en que su padre podría regresar.
“Podría ser mañana, en seis meses, tal vez nunca. No lo sé. Está descansando”, agregó.
Por primera vez en su carrera política de más de tres décadas como legislador y después como presidente, Bolsonaro ya no goza de la protección legal especial bajo la cual sólo podía ser juzgado por el Supremo Tribunal Federal.
Bolsonaro está sujeto a cuatro pesquisas, las cuales habían estado en el máximo tribunal pero ya fueron enviadas a una corte ordinaria la semana pasada.
Una de las investigaciones es para determinar si Bolsonaro tuvo alguna participación en incitar los desórdenes del 8 de enero, en los que sus simpatizantes allanaron recintos de gobierno en Brasilia para exigir la anulación de su derrota electoral ante Lula.
Los investigadores también buscan determinar quiénes organizaron y financiaron la reunión multitudinaria de partidarios de Bolsonaro que llegaron a la capital procedentes de diversas partes de Brasil.
Una de las pesquisas de la justicia brasileña es para determinar quiénes fueron los responsables que incitaron los delitos, y quiénes les pagaron a las personas para que viajaran a Brasilia.
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