En sus shows viste un sombrero de paja mientras hace chistes subidos de tono. En la política, luciendo flux y un discurso serio, se ha convertido en el candidato de mayor proyección del antichavismo.
Benjamín Rausseo, humorista, abogado y empresario, es el outsider de moda en Venezuela, según las encuestas.
Rausseo, de 62 años, es mejor conocido como “Er Conde del Guácharo” y su incursión en la política sorprendió en 2006 cuando lanzó su candidatura contra el expresidente Hugo Chávez Frías y el entonces abanderado de la oposición, el gobernador Manuel Rosales.
“Er Conde” es la esencia de su carrera desde hace casi cuatro décadas, explicó a la prensa. Se trata de un personaje con acento del oriente venezolano cuyo humor contiene insolencias entre cotidianidades del venezolano, incluyendo su relación con la política y el gobierno.
Las circunstancias están favoreciendo su irreverencia y su forma de comunicación política”.Piero Trepiccione, politólogo.
Protagonizó en ese rol seis películas y una de ellas, “Er Conde Jones: El Secreto de la bola criolla”, una parodia a la saga del estadounidense Steven Spielberg que filmó en siete países, se convirtió en una de las más taquilleras en la historia de los cines de Venezuela.
Si bien la mayoría de sus proyectos se centran en su personaje humorístico, entre ellos varios parques de diversiones y hasta una marca de vinos en España (Bodegas der Conde), también es abogado, con maestrías en criminología y derecho penal, y doctor en educación.
Su candidatura presidencial intentó cautivar a los llamados “ni-ni”, es decir, aquellos venezolanos que no apoyaban ni al gobierno de Chávez a ni a sus opositores. Lo buscó lograr a base en eslóganes de jerga popular venezolana, como “alpargata mata bota”, el cual sugería que Rausseo representaba lo autóctono contra el talante militar de Chávez.
Sin embargo, problemas de salud lo llevaron a retirar su aspiración antes de las elecciones presidenciales, que terminó ganando Chávez. “Er Conde” también intentó en vano ganar la gobernación de la región oriental de Anzoátegui en 2008, donde obtuvo 3,3 % de los votos.
Tras mantener un bajo perfil en la política venezolana desde entonces, Rausseo se ha colado entre los favoritos a la primaria presidencial opositora del 22 de octubre, al menos en las primeras etapas del proceso: lidera la intención de voto junto a la exdiputada María Corina Machado, según los estudios de febrero de las firmas Datanálisis y Datincorp.
Su eslogan es “con Rausseo me resteo” y su propuesta de gobierno habla de una reforma educativa, respeto a la propiedad privada, la creación de oportunidades económicas para toda la ciudadanía, el “rescate” de la salud y de “la dignidad de ser venezolano”.
¿Humorista o estadista?
Venezuela es un país menos polarizado que el de aquellos tiempos de contiendas electorales exclusivas entre Chávez y su oposición, pero donde hay mayor descontento popular hacia la clase política, examina el politólogo Piero Trepiccione. Ese contexto ha servido de abono para que una candidatura como la de Rausseo florezca.
“Las circunstancias están favoreciendo su irreverencia y su forma de comunicación política, de decir las cosas en una Venezuela que no cree en los mensajes ni las narrativas actuales del liderazgo político”, comenta Trepiccione en entrevista con la Voz de América.
Destaca que “Er Conde” es una figura artística cuya trayectoria de años “le ha permitido estar sembrado en el imaginario colectivo del venezolano”. Su mayor desafío, dice, será desarrollar y demostrar que puede convertirse en un estadista alejado de la comedia.
Su presencia en una lista de candidatos que incluye a políticos de los principales partidos tradicionales, incluyendo a quien se promovió como presidente interino de Venezuela por la presunta usurpación del cargo por Nicolás Maduro, Juan Guaidó, “complica la ya muy embarazosa existencia opositora”, opina el politólogo Leandro Rodríguez Linárez.
La irrupción de Rausseo, valora el experto, puede atentar contra “la necesidad de una oposición unida” y se fundamenta en “la afición del venezolano por el buen humor”.
Su participación se asemeja a la de un político “extra partido”, como Chávez en 1998 o el dos veces presidente Rafael Caldera, en su última carrera electoral, en 1993, advierte.
Benjamín Rausseo trae más desequilibrio a las aspiraciones opositoras”.Leandro Rodríguez Linárez, politólogo.
Durante los últimos años, analistas como Trepiccione y Rodríguez Linárez han advertido sobre la posibilidad de que un outsider o figura ajena a la política pueda capitalizar el descontento hacia el gobierno y los partidos opositores para favorecer su liderazgo.
En Venezuela, jamás un comediante había aspirado a la Presidencia. Los analistas subrayan que sí existen ejemplos exitosos en el extranjero de artistas que lograron ganar las votaciones al máximo cargo de elección popular, como Jimmy Morales, quien gobernó Guatemala entre 2016 y 2020, y el actual presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy.
¿Plomo opositor?
Rodríguez Linárez apunta que quizás el punto controversial de la candidatura de Rausseo, que termina arrojando “dudas” sobre sus intenciones, sea su aparición pública junto a figuras del chavismo y su éxito empresarial “en una economía distorsionada y de élites”.
“Benjamín Rausseo trae más desequilibrio a las aspiraciones opositoras y, por inercia, termina favoreciendo al chavismo monolítico en torno a la figura de Maduro”, señala.
Alias “Er Conde” tiene más probabilidad de perjudicar a la oposición que al chavismo, insiste, además. Para él, tiene sentido que Rausseo trate de ser la “contra figura” de otro hombre exitoso, preparado y que sigue apareciendo en encuestas como posible candidato favorito de sectores opositores, Lorenzo Mendoza, presidente de las Empresas Polar.
Este mes, una encuesta de la firma More Consulting concluyó que Mendoza, con un 57 %, es el “actor político” con mayor popularidad en Venezuela, si bien nunca ha ejercido cargo público y ha descartado reiteradamente la posibilidad de probar suerte en la política.
Uno de los retos de Rausseo será demostrar a la gente que su propuesta “no es un juego” y, además, comprobar su transición del comediante al político con potencial presidencialista, opina, por su parte, el politólogo y docente universitario Jesús Castillo Molleda.
Otro asunto para zanjar es que descarte por completo su supuesto intento de dividir a la oposición, dice.
“Es muy peligroso para todos los que participan que entre ellos empiece una confrontación. El que gane va a necesitar de la ayuda de todos” para derrotar en 2024 al chavismo, que procura la reelección de Maduro, juzga en conversación con la VOA.
Pero la principal de las debilidades de Rausseo, estima Castillo Molleda, de la firma Polianalítica, es que no tiene estructura política ni partidista para cubrir los miles de centros de votación que se prevé habilitar en las primarias presidenciales de octubre próximo.
Tanto Castillo Molleda como Trepiccione y Rodríguez Linárez advierten que Rausseo tiene frente a sí la oportunidad de convencer a un electorado desmotivado, si bien antes deberá sortear su mayor desafío: probar a todos que su política no es material de comedia.
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